36. "No todo es lo que parece"

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Yilian.

  Mentirle a Diana se ha vuelto algo cotidiano, y no es algo de lo que esté orgullosa. Si bien quiero atrapar a esos tipos; engañarla, o más bien, ocultarle el asunto de la búsqueda, es algo muy necesario, si no quiero quebrar su estabilidad emocional.

  Me tomó por sorpresa que uno de los socios de Marco fuese Francis, y que además, Diana “no haya reaccionado” ante la presencia de este.
  En fin dos días es lo que necesito para confirmar la veracidad del asunto.
  Mi pregunta es: ¿Si no es él, entonces quién diablos podría ser?

  ††

   Finalmente llegó el día en el que los chicos debían ir. Damon, Danny y yo estuvimos de acuerdo en que Diana no debía estar presente en esa situacion. Por lo que le pedimos que se hiciera cargo de cerrar el contrato de la compra de las acciones del hotel en el que nos estábamos hospedando. Mientras, Damon y yo acudamos donde Antoni nuevamente, y Danny iría al viñedo para recibir las instrucciones de Francis.
  Extrañamente no objetó, y que estuviese tan relajada y permisible en cuanto a las desiciones que yo estaba tomando, me dejaba muy inquieta. Es como si supiese lo que estábamos tramando.

  Primero salió Danny hacia el viñedo. Damon y yo salimos 30 minutos después, simulando una hora específica de encuentro con Antoni.
  Una vez estuvimos en el viñedo, entramos en la casa de estancia, dónde nos esperaba Danny.

  —Vaya, no me esperaba que estuviese tan bonito este lugar —dijo Damon hechándole una ojeada a todo nuestro alrededor.

  —¿Santorini aún no ha hecho contacto contigo? —Pregunté a Danny, un poco irritada.

  —Aún no —dijo calmado—. Pero aún es demasiado pronto. Falta una hora para que se cumpla el horario establecido.

  —Deberías relajarte un poco —sugirió Damon—. Estás muy tensa.

  —Lo que estoy es eufórica, y con necesidad de asesinar. Así que no me alteres más de lo que ya estoy.

  Ok, soné más insoportable e irritante de lo que quise sonar; y eso se traducía en una cosa, mi instinto asesino comenzaba a despertar... Santorini no sabe lo que le espera realmente.

  Justo una hora después, Santorini aparecía en la, ahora, propiedad de los Petrov.

  —Buen día caballeros —habló Santorini al ver a los chicos, pero se sorprendió al verme—. ¡Yilian! No te esperaba aquí.

  —¿¡Esperabas a mí hermana, Francis!? —Se extrañó ante mí interrogante.

  —Realmente sí. Fue con ella con quién estuve tratando sobre el viñedo. —Inteligente respuesta, pero no me convence en absoluto.

  Previamente, los chicos y yo decidimos realizar el recorrido que ya estaba planeado, dejando estar en confianza a Santorini. La naturalidad con la que manejaba el asunto de la maquinaria y mantenimiento, me traía inquieta.

  Francis Santorini, siempre fue uno de los buenos, de los duros; pero no le gustaba ajustarse a las reglas y normas de un grupo, de ninguno. Esto lo llevó a separarse de nuestros grupos, y andar divagando por ahí, de forma solitaria.
  En el fondo me hubiese gustado haberlo tenido de nuestro lado; sería un arma muy útil.

  Durante el recorrido, vascilé la opción de valorar el hecho que él no fuese uno de esos tipos, pero no, tenía que serlo. Solo estaba disimulando la situacion, casi perfectamente.
  Ante el enojo que iba aumentando en mí, decidí retirarme antes, e ir a condicionar una de las salas para hacer lo que debía... torturarlo. Para ello solo tengo en este lugar, lo más fácil de conseguir, verbena y veneno de lobo.

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