42. "Reencuentro"

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Will.

  No tenía la mínima intención de vinir a parar en esta zona del cerebro de Diana. Toparnos con su otro yo, era lo último que quería hoy. En vano, puesto que la risa de ella resonó en todo el bosque, lo que hizo que me tensara.

  Hice que mi hermana se adelantara y caminara delante mío. Pero el agarre repentino en mi cabello me hizo detener y dar un paso hacia atrás, a la vez que daba un grito, tanto por la sorpresa, como por la fuerza del mismo.

«Maldita desquiciada.»

  —Adelántate nena, yo ya te seguiré —le dije a mi hermana, quien miraba a Lillienne con una mezcla de asombro y miedo.

  —Hola Diana ¿A qué debo el honor de tu presencia aquí?

  —¿Quien eres? Libera a mi hermana —demandó Diana.

  —¿Por qué le borraste el recuerdo de mí, pequeña intrusa? —me gritó entre dientes Lillienne.

  —No le borré ningún recuerdo. Suéltame y dejanos ir —impuse—. No es aquí que vinimos a resolver nuestro asunto.

  —Pues así no lo quiso la bella Diana. —Avanzó acercándose a mi hermana mientras que a mí me arrastraba tirando de mi cabello—. Por algo ha venido aquí.

  —¿Quien demonios eres? —Preguntó Diana y yo maldije el momento en el que decidió aparecer en este sitio.

  —Soy Lillienne, tu parte demoníaca.

  Diana se sorprendió. Su respiración pasó a ser irregular, hasta que calló de rodillas apoyando las manos en el suelo.

  —¡Nena!

  —¡Desaparece! Tú no existes.

  —Ignorar mi existencia es renegar de tu propia existencia, esencia, de dónde vienes y a dónde perteneces realmente.

  —¡Déjala Lillienne!

  —Tú cállate intrusa. No tienes derecho de opinar en algo que no es de tu incumbencia.

  —¡Desaparece!

  —Sabes que no lo haré. —Con la mano libre, Lillienne sujetó a Diana por el rostro—. Acepta quien eres realmente y enfrenta tu destino. No te resistas a tu verdadera naturaleza.

  De la nada Diana colapsó, para luego desaparecer.

  —Joder. ¿Ves lo que provocas Lillienne?

  —¿Hasta cuando quieres que Diana siga ignorando mi existencia en ella?

  —No es algo que he decidido yo. —Me levantó del suelo totalmente, sujetándome por mi cuello.

  —Bien que has contribuido en ello.

  —No sabes nada Lillienne —dije a penas debido al agarre—. Realmente estoy de tu lado.

Tronó su risa fuerte y siniestra. —¿Pretendes que me crea eso, bruja insignificante?

Odio cuando se pone así.

  —Puedes creer lo que quieras. Estoy aquí para sanarlas a ambas. Sé sobre el hechizo que le lanzaron para hacerla olvidar los rostros de quienes la abusaron.

  Me dejó caer. —Ese hechizo no solo la ha hecho olvidar, también me ha mantenido recluida en este sector del subconsciente de Diana.

  —¿Cómo así?

  —Quien lanzó el hechizo conoce bien de mi existencia en el interior de Diana, y sé quién lo hizo... Mónica Kayro. Su energía es imposible de olvidar. Lo más probable es que el hechizo haya sido más para evitar que Diana me libere.

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⏰ Última actualización: Oct 16 ⏰

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