Cap. 1

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EN EL MOMENTO en que Gun entra por la puerta principal, sé que va a haber un montón de ruidos sexuales esta tarde.

Lástima que no sea yo quien los haga.

Inclino la cabeza hacia atrás desde donde estoy tumbado en el sofá, en medio de patear el culo de Luke en Tekken, y veo a Gun cerrar la puerta principal tras de sí. La ráfaga de aire frío de diciembre se corta al instante, y Gun nos lanza una sonrisa insegura.

—Hola, ¿Está Off arriba?

Sólo han pasado unas semanas desde que me enteré de que mi hermano de fraternidad estaba saliendo con un chico de nuestra fraternidad rival, y todavía no sé cómo sentirme al respecto. Tener a un miembro de Rho Kappa Tau en la casa es jodidamente extraño, dado que la mayor parte de mis años universitarios los he pasado haciendo bromas a los hermanos de esa casa.

—Dormitorio —responde Luke.

—KO —estalla desde los altavoces, atrayendo mi atención de nuevo a la televisión para descubrir que el gilipollas siguió jugando mientras yo estaba distraído.

Esa pequeña mierda.

Cuando vuelvo a mirar hacia la puerta principal, Gun ya se ha ido.

—No entiendo cómo estás tan tranquilo de que siempre esté aquí —digo. Luke se encoge de hombros, concentrado aún en el juego.

—Es el chico de Jumpol.

—También es parte de la fraternidad que te llevó al hospital. —Porque mientras nuestra casa podía ser una mierda cuando se trataba de bromas, los Kappa lo llevaron demasiado lejos hace unas semanas, y Luke terminó teniendo un ataque muy fuerte de asma por su estupidez. Y todo en nombre del Rey de los Ladrones, algo que se supone que es una competición amistosa entre las dos casas.

—Uno de nuestros novatos fue el principal problema, lo que ya conoces — dice Luke—. Además, nos devolvieron todo lo que robaron furtivamente, pagaron mi ambulancia y estoy bien, por enésima vez. Por lo que a mí respecta, las cosas han vuelto a la normalidad.

Normalidad. Sé que se supone que así sea, pero todavía no puedo mirarlo sin verlo jadear por aire. Le clavo la punta del pie en el muslo.

—Otra partida.

—Puaj, mantén esas cosas lejos de mí.

—¿Qué, esto? —Levanto el pie para tocarle la oreja, y él lo aparta.

—Tienes problemas.

—¿Yo? —Resoplo—. Una vez me enrollé con una chica a la que le gustaba chuparme los dedos de los pies. Ella tenía problemas, hermano.

Luke se encoge.

El juego se reinicia, y tenemos unos momentos de felicidad para desconectar mientras nos damos una paliza.

—Joder, joder. —Luke gruñe cuando su personaje es vencido. Arroja el mando sobre la mesa de centro y se pasa una mano por su pelo rubio—. Supongo que será mejor que me vaya.

—¿Vas a ver a Grace?

—Una mierda de fiesta del té de la hermandad. Me río por el claro dolor en su voz.

—Eso te pasa por intentar lo de las relaciones. Estamos en la universidad. La mayoría de las chicas de esta calle te desean, y en lugar de aprovechar eso, has ido a buscarte una novia. —Luke es uno de esos chicos que se las apañan sólo con su aspecto. No es bonito, más bien... es... de Hollywood. Rostro simétrico. Pelo rubio que tiene esas ondas perfectas. Lo más inusual de su cara son sus dientes de vampiro. Las chicas se vuelven locas por eso.

Chicos de fraternidad #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora