Final

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LOS DÍAS DESPUÉS de mi exhibición desmesurada pasan en un borrón de celebraciones de la semana de la armonía. Nadie nos echa mierda a Luke y a mí, nadie comenta ni dice nada. Recibimos algunos comentarios jocosos sobre la obtención de una habitación, pero por lo demás, todo sigue igual que siempre.

Pero mil veces mejor porque puedo hacerlo todo con él.

Puede que hayamos perdido al Rey de los Ladrones a manos de esos Kappas, pero de ninguna manera voy a perder al Maestro del Caos a manos de Off. Claro, él es el encargado de las bromas por aquí, pero después de estar distraído por Gun durante los últimos meses, mis posibilidades son buenas.

Me preparo para bajar a votar cuando mi teléfono se enciende en mi escritorio. Sonrío al ver el nombre y contesto.

—Malvavisco.

—Robert. ¿Cómo coño no me has dicho que estás con Luke?

Frunzo el ceño.

—Ah... ¿qué?

—Estás en todas las redes sociales. Creo que nunca me he sentido más avergonzado por ti.

¿De qué mierda está hablando?

—Eh. Alguien lo filmó.

—No hay necesidad de sonar tan engreído.

—Bueno, estás al otro lado del país. ¿Cómo lo has visto?

—¿Estás bromeando? Me sorprende que no lo hayas hecho. Es todo lo que se habla en la escuela.

Mentiría si dijera que no me hinché ante eso.

—Supongo que debería decirles a mamá y a papá que soy bisexual, ¿no?

—O simplemente aparecer en casa con Luke como si no fuera gran cosa.

Sólo que, si optas por eso, quiero estar allí para ver la reacción de la familia.

Ahora hay una idea.

—Trato.

—Sabes, me duele un poco que no me lo hayas dicho.

Mi diversión se desvanece.

—Lo siento. De verdad. La mierda ha sido una locura aquí, no es que sea una excusa.

—No lo es. —Él tararea—. Pero me alegro por ti de todas formas.

—Tengo un secreto que puedo contarte que nadie más sabe.

—¿Ah, sí?

—Algún día me casaré con él.

—¿Qué?

—Ya lo sé. —Me encojo de hombros aunque él no puede verme—. Le propondría matrimonio ahora si no tuviéramos que lidiar con que todos piensen que estamos locos de remate.

Hace un ruido de ahogo.

—Hablas en serio.

—Sí.

—Vaya. Bueno... en ese caso, no puedo esperar a conocer a mi futuro cuñado.

—Argh. —Me sacudo la felicidad que ese pensamiento me inunda—. Lo arrastraré allí conmigo este verano.

—Nos vemos entonces. Te quiero.

—Lo mismo digo.

Colgamos, una mezcla de emoción y satisfacción me inunda. Casi me dan ganas de buscar y ver si puedo encontrar el video, pero ya se me hace tarde para reunirme con mis hermanos, así que le envío un mensaje a Luke al respecto —sólo regodeándome un poco— y me dirijo a la sala de guerra.

Sólo que, cuando entro, todo el mundo ya está allí, y estallan los aplausos.

Me inclino porque, ¿por qué no? Pero no tengo ni puta idea de lo que está pasando.

—Llegamos media hora antes —dice Off—. La votación fue unánime.

—Espera, ¿qué? —Miro de un hermano a otro, esperando que uno de ellos señale que están bromeando—. Unánime, pero...

—Yo también voté por ti —dice Off como si no fuera gran cosa.

—¿Por qué?

Tay golpea algo en su portátil, dando vida a la pantalla del proyector, y ahí estoy yo, cantando a pleno pulmón y bailando como un idiota.

—Sí, voy a necesitar el enlace a eso —digo.

—¿Por qué? —Pregunta Tay—. ¿Van a follar mientras se ven en la pantalla?

—¿Qué tan narcisista crees que soy? —Nadie responde, ni siquiera mi propio novio.

Le señalo a él.

—Diles que estás de mi lado.

—Mira, lo haría, pero me preocupa que eso sea exactamente a lo que vas con esto.

Mi mirada se desvía de nuevo hacia la pantalla.

—Me veo muy bien.

Tay se apresura a cerrar de nuevo su portátil mientras Off estalla en carcajadas.

—Hagamos esto antes de que Joss se saque la polla.

Probablemente una decisión justa.

Me sitúo al frente de la sala mientras Tay me envuelve la capa sagrada de Sigma sobre los hombros. Es de color rojo oscuro con un ribete de piel, y todos los Maestros del Caos antes que yo la han firmado. Tay me trae el libro y, junto al año, escribo mi nombre, y luego, como soy un ser humano de primera categoría y totalmente maduro, dibujo un corazón y el nombre de Luke después.

Tay sonríe y me da una palmadita en la espalda.

—¿Ya estás bien?

—Casi.

Me acerco a Luke y, como si estuviera reclamando un premio, lo atraigo hacia mis brazos y lo beso.

Sus ojos se han oscurecido cuando se retira y pasa las manos por el ribete de la capa.

—¿Crees que puedes llevar esto a la cama?

—Por supuesto.

Los demás gimen y yo le lanzo un rápido guiño a Luke antes de volverme hacia Tay.

—Pero primero voy a necesitar ese enlace.

🔥 𝕭𝖑-𝖋𝖎𝖈𝖘

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Chicos de fraternidad #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora