Chicos de fraternidad #2

Cap. 3

REPASO MIS APUNTES de ciencias políticas, sentado en la parte delantera de la clase para asegurarme de que lo entiendo todo. Un grupo de alumnos tenemos una sección de apuntes compartidos, y señalo algunas cosas de las que no estoy seguro para que uno de ellos pueda volver y responderme. Mi reputación de deportista tonto es cierta, pero lo que me falta de cerebro lo compenso con una gran determinación.

La gente puede decir muchas cosas sobre mí, pero una cosa que nunca podrán decir es que no lo he intentado.

En cuanto termine esta clase, tengo deberes en la fraternidad, y entrenar a los novatos clave en nuestra forma de hacer el caos es algo que espero con ansias desde que me convertí en presidente social.

Cuanto más me concentro en las tareas de la universidad y en mis responsabilidades en la fraternidad, menos tiempo tengo para pensar en otras cosas.

Otras cosas como la lengua muy dura y muy masculina que tuve en la boca el fin de semana pasado. La cosa es que estoy a favor de experimentar y pasar un buen rato. No estoy teniendo una especie de locura marica, porque una boca es una boca, ¿no? ¿Y qué si la polla probablemente puede darme tanto placer como el coño? Aunque la evidencia todavía está fuera de este caso.

No, lo que estoy evitando pensar es a quién pertenecía esa lengua.

Luke y yo siempre hemos estado unidos, pero de una manera extraña. Off es mi mejor hermano, y puedo contarle cualquier cosa, pero nuestra relación se centra en la diversión. Tenemos nuestros momentos serios, claro, y sé que puedo acudir a él con cualquier cosa, pero cuando se trata de Luke, siempre he tenido una especie de recelo.

Algún tipo de instinto para mantenerlo a distancia.

Ayuda el hecho de que nunca coincidimos en las cosas. Nunca. Discutimos como viejos en una residencia de ancianos, y si algún día acabamos juntos en una, no me extrañaría, porque por mucho que nos peleemos, parece que siempre estamos juntos por algún acuerdo tácito.

¿Desayunando? Está ahí.

¿Reunión de ejecutivos? Está a mi lado.

Incluso vamos juntos en coche o andando al campus la mayoría de los días, aunque discutamos durante buena parte del camino.

Incluso cuando intento activamente alejarme de él, nunca termina de ser

así.

Pero el fin de semana pasado, creo que ambos encontramos algo en lo que finalmente podemos estar de acuerdo. Nuestro beso fue malditamente caliente.

Y en los tres días que han pasado, no le he visto ni una vez. Al menos, que me evite significa que no he tenido que evitarlo.

Me acobardo cuando termina la clase y meto el portátil en la mochila y la cuelgo en mi hombro. Esto es demasiado pensar para mí.

Tengo que otorgar la sabiduría de las bromas a los pateadores de mierda en nuestra casa, y planeo hacerlo mi enfoque completo para el resto del día. Con Tay, Off y algunos de los hermanos mayores de la casa uniéndose a nosotros, se creará un amortiguador muy necesario entre Luke y yo. Me alegro de que estuviera tan oscuro en la fiesta y de que nadie nos prestara atención, porque lo único que necesitaría es que uno de esos imbéciles se enterara de esta información y se convirtiera en el blanco de todas las bromas de aquí a la eternidad.

Un recordatorio constante no es lo que necesito cuando intento olvidar.

Nada más salir del edificio de ciencias sociales, el frío me abofetea en la cara.

Maldito clima.

Estoy caminando tan rápido que estaría trotando si no me preocupara caer de culo en la nieve cuando oigo que me llaman por mi nombre y me giro para ver a Off y a Luke que se apresuran a alcanzarme.