Capítulo 10

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De repente ya era jueves y estaba esperando a Jones en el salón. Se supone que vendría después del entrenamiento. Esta semana nos hemos visto todos los días. No hemos ido más allá de los besos pero no sé cuánto más podré contenerme.

一 ¡Por fin te veo! 一Exclama Kylie mientras se sienta a mi lado.

Pongo los ojos en blanco.

一Me has visto esta mañana.

一Sí pero no hemos hablado ni nada. ¿Qué haces aquí?

一No tenía ganas de seguir en mi cuarto la verdad. 一Respondo mientras me encojo de hombros.

一 ¿Hoy no viene Jones?

一Sí, viene después de entrenar.

一Eso explicaría el por qué no te has cambiado.

La miro y frunzo el ceño.

一No te has desmaquillado y llevas la misma ropa que esta mañana.

一No tenía ganas de cambiarme. 一Le golpeo el brazo.

Mi amiga se ríe.

一 ¿Cuál es su tamaño?

Automáticamente me volví roja.

一 ¡Kylie!

一 ¿Qué? Ni que nunca hubiéramos hablado del tamaño de otros tíos.

Le di con el cojín en la cabeza.

一No lo sé.

Mi amiga apartó el cojín de su cabeza y me miró con los ojos muy abiertos.

一 ¿Cómo que no lo sabes?

一No lo sé.

一 ¿No os habéis acostado?

Niego con la cabeza.

一 ¿Ni tocamientos?

一Tampoco.

一 ¿Está ciego?

一 ¿Qué?

一 ¿Qué si está ciego?

一 ¿Por qué dices eso?

一Porque no es normal que teniendo a semejante mujer no haya hecho nada.

Me reí.

一No lo sé pero quiere ir despacio.

一 ¿Cuánto tiempo lleváis viéndoos?

一 ¿Dos semanas? Pero se siente más, mucho más.

Mi amiga frunce el ceño.

一 ¿Qué ha pasado con mi amiga y qué has hecho con ella?

一Sigo aquí.

一No puedo creer que lleves dos semanas sin echar un polvo.

一 ¿Cuánto tiempo llevas tú?

一 ¿Qué hora es?

一Las siete. 一Jones tiene que estar al llegar.

一Una hora.

一 ¿De verdad? ¿Con quién?

一 ¿Te acuerdas del rubio que vimos el otro día en el comedor de la universidad? 一Asiento con la cabeza一. Pues ese.

一Dios mío, ¿y cuándo lo conociste?

一Hace dos horas.

Pongo los ojos en blanco. Así era Kylie. Y para qué negarlo, yo también. Aunque quizás tardara algo más en acostarme con un tío... al menos la tarde o noche en que lo conociera. No digo que seamos íntimos pero no algo más de contacto. Pero no, a ella no le hacía falta.

La regla de los 3 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora