Capítulo 2

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Como es habitual, soy la primera en levantarme. Mi madre siempre me ha enseñado a que debo empezar el día temprano para quitarme todas las obligaciones cuanto antes. Eso y a que debo hacer deporte si quiero conservar mi figura. No es algo que suela preocuparme demasiado la verdad, no me privo de nada, pero con el tiempo me he acostumbrado a levantarme y salir a correr. Me ayuda a desconectar y a estar en forma. Un dos por uno.

Así que aprovechando que todavía hace calor y que el otoño parece estar retrasándose, me pongo unos pantalones cortos de deporte y una camiseta de tirantes bastante ajustada. Me recojo mi pelo marrón chocolate en una coleta alta y haciendo el mínimo ruido posible, me coloco los cascos y salgo a correr.

Corro durante aproximadamente media hora cuando decido parar en un parque donde hay un grupo de chicos usando las barras para hacer deporte. Son tres, dos están de pie mientras uno hace flexiones en la barra. No lleva camiseta y le puedo ver los abdominales. Está bastante moreno a causa del sol. Bendito sol, gracias por las vistas.

¿Puede que haya escogido el banco justo enfrente de ellos para que vean como me estiro? Puede ser. ¿Me gusta que los chicos se fijen en mí? Sí. Pero antes de nada, me he fijado y no los conozco, ende no me he acostado con ninguno. Así que si quieren acercarse a presentarse por mi perfecto y sino pues les estoy regalando un buen plano de mi pandero y la posibilidad de fantasear conmigo mientras se hacen una paja. Ganamos todos, a mi me gusta la atención y a ellos mi culo.

Después de estirarme, me giro y observo que siguen mirándome mientras hacen flexiones en la barra, han cambiado y el de antes se ha vuelto a poner la camiseta y parece estar hablando con los demás. Aunque el que ahora está en la barra tampoco está tan mal. No parece que tengan intención de saludar y yo tampoco. Así que bebo de la fuente y me marcho de nuevo a casa. Estoy sudando, con ganas de ducharme y con un hambre de lobos.

Cuando llego, alguien está bajando las escaleras. Parece con bastante prisa.

一Hola.一me saluda Scott algo nervioso.

一 ¿Ya se ha despertado Kylie? 一Pregunto extrañada. Mi amiga es bastante dormilona. Y más importante, es sábado.

一No, pero Candace me está esperando.

Nuestro huésped abre la puerta.

一Scott, 一lo llamo y se gira一 la bragueta.

El chico se mira y sube la cremallera.

一Gracias. Adiós.

Mientras cierra la puerta, sacudo la cabeza y me dirijo a mi cuarto. Justo en ese momento, una Kylie bastante adormilada sale de su cuarto.

一 ¿Y Scott?

一Acaba de salir. Ha quedado con Candace. No sabía que habían vuelto.

Mi amiga me mira sorprendida, parece que ahora sí que está despierta.

一Yo tampoco. No me ha dicho nada...一se encoge de hombros一 bueno, yo estoy soltera, él es el que debe dar las explicaciones.

一Tienes razón, pero como esa bruja se entere... sabes que no va a estar muy feliz... y no sería la primera vez.

一Quizás así se da cuenta del chico de mierda que tiene al lado.

Antes de poder seguir con el tema, Kylie baja a desayunar y yo cojo mis cosas del cuarto para meterme en la ducha.

Debajo del agua no puedo evitar pensar en la última vez que Candace se enteró de una de las infidelidades de Scott y se enfrentó a la chica. No sé si el video seguirá por internet, pero se hizo viral. Arañazos, pelos, sangre... y lo peor es que la chica podría hacer lo que quisiera porque estaba soltera. Las explicaciones se las tenía que haber dado Scott pero parece ser que eso sigue sin entenderlo. Y por mucho que quiero a mi amiga, y por mucho que la apoye, tampoco veo la necesidad de pasar por eso por un polvo. Cuando ni siquiera le gusta el chaval. Le pone. Pero nada más.

La regla de los 3 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora