Capítulo 16

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Jones no me vuelve a mensajear el lunes y la verdad es que lo entiendo. Si está liado ya sea por lo que le pasó el fin de semana, por nuestra conversación (que fue más un monólogo) o por estudios o equipo... lo entiendo. No sé qué ha estado haciendo pero mientras yo tuve el resto del domingo para pensar en qué decir, él no creo que lo tuviera.

Lo que no puedo hacer es tirarme los demás días pensando o pendiente del móvil por si acaso no me responde. Tiene tres días. La regla de los tres días.

Mucha gente tiene la norma por llamarlo de alguna forma de decir que cuando uno tiene una cita debe esperar tres días para escribirle. A mí, personalmente, nunca me ha gustado esa norma. A mí me gusta que cuando tengo una cita, si no me habla el mismo día, al menos al día siguiente. Supongo que será por la ausencia de ellas.

Mi regla consiste en algo diferente, parecido pero no lo mismo. Lo leí una vez en algún lado, no podría decir con exactitud ni cuándo ni dónde lo vi. Simplemente apareció. Supongo que por alguna de mis redes sociales, sino no tiene mucho sentido la verdad.

Tres días es el máximo que le doy a una persona para que reaccione a algo. Si ha surgido un problema, tiene tres días para hablar conmigo e intentar solucionarlo. Si decide no hacer nada, entonces no merece la pena. Preferiría dejar de hablarnos antes de tragarse el orgullo.

Parece fácil, pero a veces hay que saber cuándo aplicarlo, porque hay veces que yo soy la que tiene que dar el brazo a torcer. Y muchas veces, rompo la regla y doy el primer paso. Pero en esta situación no. Porque es Jones el que tiene que decidir. Yo ya dije todo lo que tenía que hacer.

Me quito las gafas. Me molestan los ojos de llevar todo el día pegada en el ordenador para hacer trabajos. Lo bueno es que al menos terminé todo lo que me propuse hacer el fin de semana. Y mañana por algún motivo que no recuerdo es festivo y no hay clase. Así que podré tomarme estos días con calma.

Me he enfocado todos estos días en los trabajos para no pensar en Jones y más o menos me ha servido. Hasta ahora. Ahora que he terminado. Porque no me ha vuelto a hablar. Y hoy es el día tres. Supongo que esquivé una bala. Supongo que estaba más liado de la cuenta. Supongo que estaba algo más perdido de lo que pensaba. Pero no sé, podría haberme dicho "Karlie, quiero seguir conociéndote pero no puedo entrar en muchos detalles" pero no. Nada. Supongo que al final todo viene bien porque ya bastante me como yo el coco como para que encima otra persona me provoque más quebraderos de cabeza solo por su falta de comunicación.

Abren la puerta, me giro y me encuentro a cuatro cabezas mirándome con desaprobación.

一 ¿Todavía no estás lista? 一Pregunta Kiera.

一 ¿Para qué?

一Nos vamos a la discoteca. 一Responde Kylie como si fuera lo más obvio del mundo.

一Estoy cansada...

一No era una pregunta. Tienes una hora.

Y se van. Vaya.

一 ¡No he cenado!

一¡Te preparamos un bocadillo! 一Grita Kendall.

一No muy grande, así se le sube antes el alcohol.

一 ¡Kylie, no queremos que le dé un coma etílico!

一Exagerada.

Me río pero abro mi armario para ver qué ponerme. Ya que vamos a salir pues salimos. Cojo un vestido palabra de honor entubado que me marca todas las curvas. Porque aunque soy estrecha de cintura, tengo bastante culo. Y me gusta sacarle partido. Y unos tacones.

Me ducho, me rizo el pelo y me abro las hondas, me como el bocadillo, me lavo los dientes, me maquillo y finalmente me miro al espejo.

Hoy lo voy a pasar bien. Con mis amigas. Fuera pensamientos negativos. Solo la música, las Ks y nada más.

La regla de los 3 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora