Capítulo 14

21 6 0
                                    

Llegamos a su casa que está en silencio. Por la hora que es todos han debido de salir ya. Jones me coge de la mano y me guía hasta su cuarto rápidamente. Y él era el que se quería tomar las cosas lentamente. ¿Cuánto le ha durado? ¿Dos semanas? Já. Pero me alegro porque yo no sé cuánto más hubiese aguantado la verdad.

Abre la puerta y me besa intensamente. Me quita la camiseta y me coloca las manos en las tetas, que aún están con el sujetador. Las manosea y se me ponen los pezones duros. Cojo la parte final de su camiseta y se la quito. Me deshago de mi sujetador que cae al suelo. Se me queda mirando con las pupilas cada vez más oscuras. Al menos sé que le gusta lo que ve. A mí me gusta lo que veo. No sabía que se podría tener tantos músculos. Se los quiero tocar.

Pero antes de poder hacer nada, Jones me tira sobre la cama, me desabrocha el cinturón y tira de mis pantalones hacia abajo.

一Espera. 一Le digo一. Los zapatos.

一Verdad. 一Responde entre risas.

Con los pies me quito las deportivas.

一Listo.

Los pantalones caen al suelo. Solo estoy en braguitas. Bueno, ya no. Me las acaban de arrancar.

一Espero que no estén rotas. 一Comento entre risas.

一Creo que no.

Jones se coloca encima mía y comienza besarme. Nuestras bocas se enredan y sus manos juguetean con mis pezones. Hace calor. Me noto húmeda. Muevo la pelvis sobre él, y me sonríe entre besos. Gruñe cuando me muerde el labio.

Mis manos bajan hacia su cinturón y se lo abro. Le bajo los pantalones y los calzoncillos. Me encuentro con su amiguito y sonrío. Jones se incorpora y se termina de quitar las prendas sobrantes.

Vuelve a colocarse encima mía, me besa desde los labios, pasando por el cuello, los pechos, mi abdomen, hasta mi sexo. Me abre las piernas. Inserta un dedo. Gimo.

一Estás muy mojada. 一Dice mientras me besa ahí.

Comienza a lamer sobre mi clítoris a la vez que mueve el dedo. Vuelvo a gemir y Jones se ríe.

Succiona y lame en círculos. Inserta otro dedo. Va a ser mi perdición. Mi clítoris está hinchado. Estoy cerca. Lo sé y él lo sabe porque empieza a ir con más intensidad.

一Córrete para mí.

Me agarro a las sábanas y gimo cuando llego al orgasmo. Mi cuerpo tiembla y noto la sonrisa de Jones sobre mi sexo.

Se incorpora y coloca su cara sobre la mía. Vuelve a besarme de nuevo. Intensamente. Quiero darle lo mismo que él me ha dado a mí. Intento incorporarme pero no me deja.

一Hoy no.

Pongo los ojos en blanco y mientras nos besamos, lo empujo hacia el lado. Y me coloco yo encima de él. Me voy moviendo hacia abajo mientras le lamo los abdominales. Gruñe. Y entonces la veo. A mi querida amiga. La acaricio lentamente.

一Karlie, como sigas así me voy a correr.

Me río.

Jones se incorpora sobre la mesita de noche y me pasa un condón. No pensaba hacerlo, pero ya que me ha dicho que no, voy a hacerlo sufrir un poco más. Coloco el condón en su punta y con mis labios se lo coloco. Gruñe.

一Tú lo que quieres es matarme. 一Dice con apenas voz.

一Eres tú el que no quería.

Una vez colocado, me sitúo encima y comienzo a moverme lentamente. Disfrutando del momento. Sus manos están sobre mi cintura marcando el ritmo. Noto como se desliza. Cómo se intenta controlar. Tengo mucho calor.

Se incorpora un poco para presionar su boca con la mía entre gritos, gemidos, y suspiros. Podría quedarme así toda la vida. Podría hacer esto todos los días. Mis manos acarician su espalda y parece que noto una especie de cicatriz. Quizás más adelante le pregunte al respecto. Ahora solo puedo pensar en las palpitaciones y en lo húmeda que estoy. Y en lo bien que se siente. Sobre todo en lo bien que se siente.

一Karlie, no sé cuánto más puedo controlarme. 一Susurra en mi oreja.

一Estoy cerca. 一Gimo一. Muy cerca.

Nos movemos con más fuerza. Jones se inclina y me lame el cuello. Con su mano derecha se acerca a mi clítoris y lo mueve en círculos. Grito cuando llego. A los segundos llega él.

Jones se tira hacia atrás y yo me apoyo en su pecho. Ni siquiera ha salido de mí todavía. Estoy demasiado exhausta.

Entonces llaman a su móvil, pero no lo coge. Aún así, decido que es el momento de echarme a un lado. Aún apoyada en su pecho y con su brazo en mi hombro. Se siente tan bien. Demasiado bien. Supongo que es lo que pasa cuando mantienes relaciones con alguien que realmente te gusta. No con una persona que acabas de conocer. Todo se intensifica. Es mucho más.

Vuelven a llamar, pero no le hace caso. Sigue moviendo la mano sobre mi piel. Insisten una tercera vez.

一Cógelo. Puede ser importante.

Se incorpora un poco y de mal humor me hace caso. No escucho lo que le dice la otra persona pero no puede ser nada bueno.

一Quédate ahí, voy para allá. Pero sabes que tardaré bastante, ya no vivo al lado.

Responden algo.

一Sí, no me interrumpes nada. Voy para allá.

Por algún motivo ese nada me sienta como una patada en el estómago. Me levanto y busco mi ropa que está desperdigada por el suelo.

一Debo irme. 一Dice bastante agobiado mientras se va vistiendo.

一Me he enterado.

一Puedes quedarte si quieres...

一No, me voy a casa... no te preocupes.

Se viste rápidamente.

一Te acerco.

一No hace falta, me pillo un taxi.

Jones asiente, se despide y se va.

Podría haberle preguntado a dónde iba. Podría haberle pedido ir con él. Podría haberle dicho que me acercara a casa. Pero no lo hice. Quizás por miedo. Quizás por no querer tensar la cuerda. Quizás por no saber si quería conocer la respuesta. Yo le había contado mi vida y él apenas trozos de la suya. Quizás yo era la que estaba yendo más rápido de la cuenta. Quizás yo era la que tenía que aminorar el ritmo.

Cuando llegué a casa me pregunté si me avisaría cuando volviera. O cuando hubiera llegado a aquel sitio. Pero no lo hizo. Y al día siguiente tampoco. No sabía nada de él. Y después de lo que dijo, de clasificarme como "nada"... tampoco me apetecía preguntarle.

Por eso no tenía citas, por eso solo me dedicaba a tener un polvo con desconocidos. Porque con sentimientos todo es más complicado. Porque a veces el tiempo no define cómo puedes sentirte hacia una persona. Porque le otorgaba un poder sobre uno mismo. Y no sabía si merecía la pena.

Y si apenas llevábamos unas semanas y ya me sentía así... no quería saber cómo sería después de meses. ¿Me había enamorado? No estoy segura, pero sentía algo. Y me asustaba.

 Y me asustaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La regla de los 3 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora