Capitulo XX

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En medio de todo el desorden, de la sangre, del dolor, los gritos y rencor, comenzó a llover.

La caída de Gusu se podía sentir.

— ¡A-niang! - un grito resonó más que nada -

Justo, en ese momento, cuando suibian atacaba y Yao Lu sacaba una daga ... Los rayos iluminaron el lugar.

— ¡AHAAGH! - el alarido de dolor no se hizo de esperar -

Lan Wanji había salvado con éxito a su esposa, sin embargo no contó con que ella atacará nuevamente a Wei Wuxian quien en pocos segundos tosió sangre y palidecío aún más.

— ¡Wei Ying!

Sus intentos para acercarse a él fueron en vano, porque el extraño hombre con el que iba a luchar tomo entre sus brazos el Wei.

— Ya ví suficiente - pronunció - no esperaba que Hanguang-jun pusiera primero a una zorra mentirosa antes que al hombre que dio todo por el mundo de la cultivacion. Ja, realmente no debería sorprenderme.

Los pasos en la lluvia se escuchaban, como personas venían corriendo al lugar y los truenos no se hacían de esperar.

Pronto llegó Jiang Cheng y Jin Ling, posandose a un lado de Sizhui ante el shock de la escena.

De un momento a otro más luz iluminó el lugar y divisaron como el líder Jiang con la cabeza baja extendía a zidian.

— Jiang Cheng... - el Patriarca apenas alcanzo a susurrar -

Los ojos del Jiang brillaban de un hermoso violeta y la luz que irradiaba Zidian era ... Blanca, un completo y puro blanco.

— De nuevo ... Vas a morir de nuevo, ¿no es así? - suspiro y levantó la mirada - ¡No lo acepto!

Caminando con rapidez y alzando su feroz arma espiritual apunto a Yao Lu, con la intención de azotarla pero alguien intervino tomando el latigazo por ella.

— Ahgh - apenas se escuchó su quejido, en un intento de proteger a su "familia" -

— ¡LAN WANJI, AQUÍ Y AHORA, VAS A MORIR POR MIS MANOS!

¡Zap! ¡Zap!

Los azotes no paraban.

Con un Jiang en sobreesforzándose y un Lan abrazando a esa mujer.

Llegó un punto donde WanYin no soporto más y todo de él se iluminó.

La adrenalina corría por sus venas, y el peligro también, quería soltar lágrimas y no podía.

Entonces una hermosa luz blanca se abrió paso entre el cielo bajando y posandose justo a la altura de su núcleo...

— Oh ... - el demonio del lugar con los ojos bien abiertos dijo - él acaba de ...

— Acender - completo Wei Ying -

Después de todo, en esa oscura y fría noche sin luna, con la lluvia y rayos de fondo, Jiang WanYin se convertía en un inmortal.

— No ... - susurraba - no quiero, no lo quiero ... No

Miraba a todos lados dando pasos hacia atrás pero la luz le seguía y hubo un punto donde fue tan rápida que el ojo humano no la pudo ver.

Atravesó su cuerpo y se instaló en su núcleo, pronto Sandu Shengshou, el hombre de los tres venenos, sintió la calidez recorrer su cuerpo.

— No ... - y en su última energía callo de rodillas - Esto debería ser para ti, te pertenece a ti - sollozó mirando a su hermano quien entre nostalgia y orgullo le sonrió -

— Tío ... - el Jin había ido a abrazarlo, y consolarlo - El tío Wei, él va a ...

— Jin Ling - pronunció - Ve con él y ... Despídete.

Las lágrimas fueron inevitables, sin tomarle importancia al Lan con la espalda ensangrentada o el demonio sosteniendo al Patriarca.

Rulan, con todo su pesar camino a paso lento y se arrodilló con aquel que alguna vez odio y apuñaló.

— Tío... - susurro tomando su mano y llevándola a su frente - Tío ... No, por favor, no te vayas.

El hombre moribundo, con pocas energías movió su mano tomando su mejilla y la acarició con su pulgar.

— Jin Ling... A-ling, Shijie estaría tan orgullosa de lo que eres hoy.

Con el brillo escarlata cubriendo sus ojos , solo vasto un segundo , un solo segundo para que Suibian se moviera a toda velocidad y se enterrara enfrente de el Jin, colocando una capa de protección sobre él.

— ¿Tío? ... ¡Tío! - grito confundido -

Pero cuando volteo hacia atrás, lo vió, a Nie Huaisang a lado de Jiang Cheng, ambos tristes, y a Wen Ning caminando sin conciencia dirijiendose a su dirección.

— W-wen Ning, está a tu disposición... Ahhg recuerda ... Que mi espada y m-mis doncell-as s-son tuyas, para protegerte.

Después de eso, todos lograron ver cómo Wei Wuxian cerraba lentamente sus ojos y finalmente sus brazos caían flácidos al frío suelo.

Y sin esperar demasiado aquel extraño y desconocido hombre lo acunó más hacia él, dejando extrañados a todos, y con una sensación de miedo y confusión.

Jiang WanYin en sus última esperanza se puso de pie con cuidado tratando de acercarse, sin ningún movimiento que alertace a aquel hombre, tratando de recuperar el cuerpo de su hermano...

— La historia se repite una vez más ... - pronunció - Es una lastima que no esté dispuesto a estar encarcelado en una montaña durante más de mil vidas. Ha.

Luo Binghe, Bing-ge, con Wei Wuxian en brazos, de pie y derecho dió media vuelta.

— Me parece que he visto suficiente, es ... Un gusto conocerlos.

Sonriendo sobre su hombro, escalofriantemente todos se paralizaron.

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