¿Quién ayuda a quien?

325 24 3
                                    

Caminamos durante varias horas, hasta que el cielo empezó a cambiar su color a anaranjado. Pronto iba a oscurecer. Sin duda, fue la caminata más aburrida que di en mi vida con alguien. Ash no me hablo en todo el camino, y lo único que hacía era hablar con sus pokemons, los cuales los cambiaba cada 2 horas. Tenía que hablar con él. Ese era la razón por la cual el Profesor Sycamore me pidió acompañarlo. Debía hacerlo socializar. Pero no sabía cómo empezar. Hace mucho que no hablo con un chico. O al menos de mi edad, si es que Ash tenía mi edad. Pero al menos debía tratar, por el profesor y por Ash.

.....

Espera... ¿Qué acabo de decir?

- Y... Ash, ¿De dónde eres? – era la pregunta más sencilla que se me ocurrió, además que me dio curiosidad saber de dónde venía este chico.

- Soy de Pueblo Paleta, de la región Kanto – ni siquiera volteo a verme.

- Ahhh – dije con desánimo.

Era obvio de que él no quería entablar una conversación conmigo. Talvez con nadie. Pero aun así no decidí rendirme.

- El profesor me dijo que viniste para participar en la liga pokemon. ¿Estas emocionado?

- La verdad, no. Esta no sería mi primera liga.

- Ahhh, si, lo olvide. Lo siento.

Cuando termine de decir esas palabras, Ash se quitó su gorra, la engancho en su correa y se colocó su capucha. Creo que no debí tocar el tema de su pasado.

- Bueno... Ahora que derrotaste al Gimnasio Luminilia ¿A qué gimnasio iras? Digo... iremos.

Se remango su manga derecha y mostro lo que parecía un reloj muy extraño. Presiono un botón y apareció en un holograma un mapa completo y detallado de Kalos. Me sorprendió mucho ver ese aparato. Nunca en mi vida vi algo igual.

- Por el camino que tomamos, parece que nos dirigimos a ciudad Témpera. Así que retare a ese gimnasio.

- Entiendo... ¿De dónde sacaste ese aparato?

- ¿Cual?

- El de tu muñeca, en donde mostraste el mapa.

Trate de extender mi mano hacia su muñeca para verlo mejor, pero él lo retiro, alejándola de mi alcance. Baje mi mano y camine cabizbaja. No me había percatado de que ya callo la noche. Al parecer tendríamos que acampar. Salimos del camino y nos dirigimos a un área lo suficientemente espaciosa como para 2 carpas.

Yo instale la mía, pero vi que él no armaba su tienda de campaña.

- Oye, Ash, ¿No piensas preparar tu carpa?

Solamente me negó con la cabeza. Era obvio que trataba de no hacer contacto alguno conmigo. Después de armar mi tienda, decidí hacer una fogata. Voltee a ver a Ash para pedirle ayuda para buscar leña, pero él había desaparecido. Genial. Ahora debía ser yo quien tragara la leña.

Después de un rato buscando suficientes ramas secas, regrese al campamento con los brazos cargados de palos. Casi no podía ver hacia al frente a causa de la cantidad de ramas que llevaba. Cuando estaba cerca del punto donde el azabache y yo nos instalamos, note una ligera luz. Deje los palos en el suelo y contemple una imagen que nunca creí ver.

El chico se encontraba sentado en un tronco, frente al fuego de la fogata que hiso en mi ausencia. No solo eso, tanto sus pokemons como los míos se encontraban alrededor del fuego, comiendo de un saco gigante de ballas. Ash noto mi presencia y me miro con una expresión neutral.

Ash y Serena. ViajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora