Normal.

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Aviamos pasado 2 días más en Ciudad Témpera después de la victoria de gimnasio de Ash, el primer día que llegamos ahí. Ahora mismo nos encontramos en el camino a nuestro próximo destino, Cuidad Yatra, a petición mía. Ash se volvió mucho más agradable desde esa noche que nos quedamos hablando hasta tarde. Se mostro más animado con el viaje y ya no me evitaba como antes, al contrario, incluso el era ahora el que empezaba las conversaciones. Ash la ha pasado muy bien desde que derroto a Amaro, pero no solo fue por su victoria.

FlashBack.

Ash: ¡¡Ralts!!

Ralts estaba tirado y a Amaro solo le quedaba un pokemon.

Amaro: Gogoat, usa látigo zapa (no sé cómo se escribe xd).

Antes de que el ataque cañera ente su objetivo, una luz inundo el lugar, una luz conocida por todos los entrenadores. Ralts empezó a levantarse y su aspecto cambio por completo. Cunado la luz se extinguio, Ralts había desaparecido. En su lugar, había otro pokemon. Un Kirlia.

Ash: Ralts... tu...

Kirlia se voltea y ve a su entrenador, mostrándole decisión en terminar el combate.

Fin del FlashBack.

Desde que Kirlia evolucionó, Ash se mostraba más entusiasmado con los combates. A ambos nos sorprendió que evolucionara tan rápido, pero a Ash le daba igual sinceramente. Eso hiso también que Ash se mostrara mas amigable con todos y todo, tanto que, cuando le pedí quedarnos unos días más en la ciudad, no se quejó ni reclamó.

Sin mencionar que me defendió de Tierno y Trevor. A ellos no les guardaba ningún rencor, pero es que Kalm nunca les conto lo que sucedió realmente la noche que corte el contacto con el y con ellos. Me dolió romper mis lazos con Trevor y Tierno, ya que, a pesar de que eran más amigos de Kalm que míos, eran de igual importancia para mí.

Y en cuanto a la siguiente ciudad, le pedí a Ash ir al gimnasio de mi amiga Korrina. Se que dije que, si Ash no cambiaba su actitud, regresaría a Ciudad Yatra, pero no lo hacia por eso. Simplemente quería ver a Korrina y de paso coger algunas cosas que dejé cuando salí de su gimnasio. Además, tenia un plan: Invitaría a Korrina a acompañarnos en nuestro viaje. Por al menos un tiempo, ya que sé que, como líder de gimnasio, ella tiene muchas responsabilidades, pero bueno, aun no llegamos siquiera a la ciudad...

La ideología de Ash era ir de ciudad en ciudad dependiendo de su cercanía, así que además vi la oportunidad de ir a Ciudad Yatra, ya que era la ciudad más cercana. Solo teníamos que pasar por el Rancho Skiddo y llegaríamos a nuestro destino.

Ash llevaba, como era su costumbre, a Treecko en su hombro. Ya pasaban unas 4 horas con él, así que era cuestión de tiempo para que cambiara de compañero. Ash me agrada por su forma de incluir a sus pokemon, incluso fuera del campo de batalla. Desde que hablamos a la luz de la luna, trate de imitarlo, no por querer parecerme a el y no tener personalidad, si no para también incluir a mis pokemons. Desde que descubrí el secreto que Pancham, me entro el temor de que algún otro de mis amigos me estuviera ocultando algo a temor de que lo criticara. Así que, ahora mismo, Audino nos acompañaba a mi y a mi amigo azabache. No tardamos mucho en llegar a el rancho con la poca luz que quedaba del día.

- Vamos, Ash. Ya tengo ganas de llegar al Centro Pokemon. Talvez si pedimos un cuarto rápido...

- Espera... ¿Dormiremos en el Centro Pokemon? – pregunto el kantoniano algo nervioso.

- Si... ¿Por qué? ¿Algún problema?

Vi la mirada de Ash dirigirse al suelo unos momentos. Era obvio que, a pesar de nuestra pequeña charla aquella noche, Ash aun ocultaba una que otra cosa. Pero me quito de mis posibles teorías cuando volvió a mirada hacia mí.

Ash y Serena. ViajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora