Pasión.

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Solo tengo una pregunta... ¿Cómo carajos termine sentado en la recepción del Centro Pokemon esperando a Serena?

Bueno... eso tiene una respuesta muy sencilla.

FlashBack:

Serena: Satoshi, si esta es la última vez que nos veamos... quiero pedirte una cosa antes de no volverte a ver...

Ash: Bueno... supongo que no le veo lo malo.

Serena (nerviosa): Bueno... es que... no sé si sepas, pero... estoy viajando con Gary y Korrina y nos encomendaron la misión de buscarte por la región.

Ash en shock y a nada de maldecir a la peli miel.

Serena: ¡Pero no quiero que te lleven! Pero... aun así... quiero intentar algo... claro, si estás de acuerdo.

Ash duda.

Ash: Esta bien. Solo espero que no sea ninguna estupidez.

Fin FlashBack.

Como ya deben de saber, si fue una mala idea aceptar la invitación de mi amiga, ya que quiere convencer a su grupo para que los acompañe. Y yo, con una vasta experiencia en situaciones de riesgo extremo, sé que esto terminara en putazos de una manera u otra. Aun así, soy hombre de palabra, por lo que no me queda de otra más que esperar a que la peli miel me invite a pasar a la habitación para poder volver a ver a mi exhermana y mi viejo rival (lo más probable, con bates para sacarme la madre).

A todo esto, aun se me hacía difícil asimilar la gran traición que me lleve por parte de Mewtwo. De todos los seres vivos en el planeta, siempre creía que Mewtwo sería uno de los últimos en apuñalarme por la espalda. Sé que él hace las cosas por una razón, pero es que me costaba todavía asimilarlo. Nunca hubo secretos entre nosotros, y no fue muy buena idea de su parte ocultarme algo que de por si incluso le pedí no hacerlo. Sin mencionar de lo sucedido con el pokewatch en casa de Dawn. Sin el aparato, no podre comunicarme con Mewtwo y obtener nuevos detalles sobre la crisis. Una opción descartada es la de volver a Kanto, ya que el último mensaje que me dejo el pokemon psíquico fue no volver a mi región de origen. ¿Por qué? No tengo idea. Pero, a pesar de no tener mucha confianza en Mewtwo en estos momentos, no me queda de otra más que acatar la última orden que me mando.

En pocas palabras, ya no se en quien confiar. Todas las personas y pokemons que creí eran mis amigos me terminaron engallando o dándome la espalda. Mi vida nunca estuvo en un punto tan alto de tragedia y de odio.

- Disculpa, ¿Puedo sentarme? – escuche a alguien decir a mi lado.

Al levantar la cabeza, vi a un chico, por su aspecto, algo cansado. Sin decirle nada, me arrime a un lado para darle espacio y dejar que se sentara.

Cuando ya estuvo a mi lado en el sillón, quise volver a sumergirme en mis conflictos internos, pero no sucedió por lo que escuché a continuación.

- ¿Eres de la región? – me pregunto en chico.

- No. – le respondí fríamente.

- ¿De dónde eres?

- De ningún sitio, y no te importa.

- OK, tranquilo. No es necesario que hables de esa manera. – dijo el chico con la misma tranquilidad.

Nos quedamos callados por unos segundos hasta que volví a tomar la palabra.

- Oye... lo siento, ¿Sí? Es que últimamente estoy pasando por mucho y tengo cosas que procesar.

- Tranquilo, te entiendo. Ya suponía que no estabas teniendo un buen día.

Ash y Serena. ViajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora