Misión Fallida. Poco Tiempo.

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- Esto... uf... no puede... uf... ser más... uf... cansado...

- No exageres tanto. Solo vamos caminando una hora. Si Brendan estuviera aquí...

- ¡No me vengas con eso! – le soltó May a Gary tras el comentario.

Gary y yo nos reímos. Pero la verdad, yo también andaba cansada. Hace mucho tiempo que no tenía una caminata tan complicada, pero teníamos que seguir subiendo por la montaña hasta llegar a la cueva suroeste para conseguir la Audinita.

Hace 2 días, Gary y yo llegamos por fin al Centro Pokemon. Que esta al pie de la montaña. Ayer decidimos descansar y planificar como íbamos a organizarnos para conseguir la mega piedra. A pesar de el intento de transferirse un pokemon, Gary decidió que no sería muy prudente, pues el profesor Oak le preguntaría para que lo necesitaba. No podíamos correr el riesgo de decir algo que revele que el nieto del profesor ahora se encuentra en Hoenn ayudando a Satoshi.

Pero, fuera de eso, todo ha estado bien. Me he encariñado mucho con mis 2 compañeros actuales, sobre todo con Gary. Me ha escuchado sobre mis problemas no solo durante esa noche de la tormenta, y la verdad, ahora le tengo mucha más confianza que antes. En cuanto a May, ella es divertida y algo alocada, pero es agradable sin lugar a dudas.

Seguimos conversando sobre lo como nos fue en nuestros viajes, nuestras metas y nuestras vidas. Era muy entretenido ver como entre todos nos molestábamos y reíamos un rato.

- Pero en serio, ¿Cuánto falta para llegar? – pregunto la castaña.

- Ya no tanto. Solo debemos llegar a una cueva en la montaña, donde se encuentra la piedra. – le respondió Gary.

- ¿Solo eso? – pregunte.

- Pues... no. Si tenemos suerte, solo debemos ir a tomar la Mega Piedra. Pero usualmente hay un guardián que la protege. Así que, en cuyo caso, Serena, deberás pelear contra él si quieres la piedra.

- ¿Acaso no piensan darme una mano? – pregunte algo molesta.

- No podemos. Quien va por la Mega Piedra debe ser quien se la gane. – me respondió May.

- Así es. Solo podremos estar a un lado. Además, debe ser tu Audino la que pelee para obtener la piedra.

- ¿Hay algo más que tenga que saber? – pregunte fastidiada, pues no creía que obtener una simple piedra sería tan complicado.

- Por el momento, eso sería todo.

Seguimos andando. Según el kantoniano, ya no faltaba mucho. Él empezó a adelantarse, pues al parecer había recibido una llamada, mientras que May y yo seguíamos atrás, conversando.

- ¿Ya hablaste con Satoshi? – preguntó de la nada la castaña.

- P-Pues... no, aun no. – le respondí con algo de pena.

- Deberías hablarle lo antes posible. – insistió.

- No creo que sea el momento más adecuado.

- ¿Entonces cuando? Estas a nada de regresar a Kalos y enfrentarte a peligros de los cuales tal vez no salgas con vida.

Como era lógico, todos saben que mi muerte ya a sido profetizada. Y sabia que May tenia razón: puede que muera pronto y aun no he tenido el valor de hablar con Ash. A pesar de que May tenga sus sospechas de que el azabache quiere que seamos al más que amigos, no es suficiente para que yo tome la fuerza necesaria para decírselo. Por un lado, tengo la esperanza de que haya cambiado, pero, por el otro, temo que su opinión sobre nuestra relación actual se mantenga.

Ash y Serena. ViajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora