Ash y Serena. Viaje

Planeando estrategia. Conociendo a la nueva.

He escuchado a algunos decir que la peor manera de despertarte es abrir los ojos y saber que estas solo en este mundo. Pero yo tengo mi opinión sobre ese tema. Y, casualmente, es lo que sucedió esta mañana. Todo empezó con una manera estrepitosa de tocar la puerta de mi habitación.

- Mierda... ¡¿Quién es?!

- ¡Soy yo, mostaza! – dijo la voz de Gary al otro lado de la puerta. – ¡Las chicas y yo estamos terminando de desayunar y aun tú en la cama! ¡Baja de una maldita vez o yo mismo te bajare con todo y pijama!

- Le quitas lo divertido a la vida, Gary... ¡Voy!

Odio cuando alguien más viene a despertarme. Su no fuera ilegal, mandaría a Charizard a chamuscar a aquellos que me molesten de mis sueños dignos de Cresselia. Pero bueno... tenía cosas que hacer ese día, así que tuve que levantarme a regañadientes y medio muerto de la cama.

Mientras que me cambiaba, pensaba en lo que ayer discutí con Gary y Korrina. Nos tardamos varias horas discutiendo que nos quedamos hasta las 2 de la mañana hablando, o, para ser más exactos, peleando, sobre todo contra mí.

A pesar de tener una meta en común para salvar Kalos, Korrina y Gary seguían resentidos conmigo por los informes y todo ese rollo, sobre todo Gary. Incluso tuve que pedirme una habitación para mí solo, ya que Gary no quería compartir la que íbamos a usar esa noche. Hoy les vamos a contar a Serena y Miette sobre lo que se discutió. No las cité a ellas ya que nos hubiéramos demorado más, por eso nada más hablé con los más experimentados en combate.

Al menos me alegra que estén solucionando las cosas entre la peli miel y la peli azul. Eso me ayudara a no estar interponiéndome para calmarlas.

Ya solo me faltaba la camiseta, cuando alguien abrió la puerta de improviso.

- Oye, Satoshi, Gary dice que te estas tardando y que...

- ¡Aun no entres!

- ¡Santo Arceus! ¡¿Por qué siempre pasa esto?! – dijo Serena tapándose la cara para no verme con el torso desnudo.

- Será que tú nunca tocas la puerta. – dije de manera más tranquila.

- ¡En serio lo siento! ¡Siempre se me olvida!

- No importa. Ya estoy.

La chica se quitó las manos de la cara, mostrando su rostro completamente rojo de la vergüenza.

- En serio lo lamento. Siempre se me olvida tocar y nos hace terminar en estas situaciones incomodas...

- Tranquila. Solo trata de recordar tocar antes. A menos que quieras ver algo desagradable algún día.

...

A decir verdad, no pensé mucho en esas palabras y en mi mente sonaban mejor. Ahora yo era el que estaba rojo.

- ¡Satoshi Ketchum! ¿Qué estas insinuando? – pregunto Serena entre risas.

- Eh... y-yo... no me refería a eso.

- ¿Entonces a que te referías?

- Eh... pu-pues... lo que quería decir... como te lo digo... es que yo...

- Sabes algo. Solo baja de una vez antes de que Gary mande a alguien más y vea algo desagradable.

- ¡No fue mi intención!

Serena cerró la puerta y me dejo todo avergonzado en la habitación.

Unos minutos después, me encontraba bajando las escaleras y dirigiéndome al comedor del Centro Pokemon. No tarde mucho en ver a mis compañeros de viaje sentados en una mesa apartado de los demás.