Crisis_Parte #3.

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Se lo que estarán pensando: Oye, Ash, ¿Le partiste la madre a Kalm después de confesarte que le perdió la pista a Serena en plena crisis donde posiblemente ella pierda la vida?

Tuve que guardarme las ganas para después. No se imaginan como le grite en cuanto me lo dijo, pero en las circunstancias en las que estamos, no podemos darnos el gusto de discutir o enojarnos. Simplemente tuve que cancelar el plan original, me olvide de Kalos, del Team Rocket y de todas las personas y pokemons que pueden llegar a morir por ellos. Lo único que me importaba ahora era encontrar a Serena.

- ¿Cuánto falta para llegar a Pueblo Acuarela? – pregunto Gary mientras cabalgaba su Gogoat.

- ¡Ya no falta mucho para llegar a la zona de descanso! – le respondió Kalm, quien montaba a su Charizard X a una distancia prudente de nosotros.

Para los que no saben, las zonas de descanso con pequeños túneles artificiales que hay entre ciudades y rutas. Los viajeros suelen quedarse ahí a descansar cuando recorren largas distancias. Aunque estos no son lugares como para acampar o pasar la noche.

- Satoshi, ¿No crees que al menos uno de los 3 debió seguir buscando al líder del Team Rocket?

No le respondí. Por un lado, tenia razón. Era estúpido y muy egoísta dejar morir a toda una región por una sola vida. Pero, por otro lado, no quería perder a Serena.

- Oigan, chicos, ¿no creen que en los últimos minutos todo el trayecto ha estado muy... tranquilo?

La observación de Kalm me saco de mis pensamientos, pues no me había percatado de ello hasta el momento. No nos estaban siguiendo, lo cual era raro, si es que el objetivo de la organización malvada era apoderarse de las mega piedras.

Tal vez mi intuición se equivocó, pero aun así no seria excusa para dejar de seguirnos. Algo no andaba bien.

- ¡Oigan, ahí esta!

Volví a mirar al frente y vi la entrada a la zona de descanso. Kalm se adelantó en su Charizard, llegando antes que nosotros. Ya había bajado y guardado a su pokemon cuando me di cuenta de lo que sucedía.

- ¡KALM, NO!

- ¡Quilava, Nitrocarga!

Kalm no pudo evitar el ataque desde uno de los edificios cercanos. El movimiento de dio de lleno y lo mando a volar hacia un poste de luz, dándole en la espalda.

Vi al chico caer al suelo como un trapo. No se estaba moviendo y mi mente ya me decía que había sucedido lo peor. Varios miembros del Team Rocket empezaron a aparecer de los edificios, tanto por sus puertas o asomándose por las ventanas. Gary y yo guardamos a los Gogoats y nos colocamos espalda con espalda. Estábamos completamente rodeados y no teníamos por donde escapar siquiera. Mientras se acercaban, pude ver como unos se acercaban donde Kalm y rebuscaban en su ropa y mochila.

- Debemos asegurarnos que no consigan otra piedra llave. – le dije a Gary dándole a entender la situación.

- Si no te diste cuenta, no estamos en la mejor posición para idear una estrategia.

Y tenía razón. No había nada que podamos hacer por Kalm, tanto por su vida como por su piedra. Si sacábamos un pokemon, los soldados no dudarían en acabar con nosotros antes acercar la mano al cinturón.

- ¡Oigan, ¿Qué es eso?! – grito uno de los soldados, señalando al cielo.

Antes de que Gary y yo pudiéramos ver, notamos que un pokemon calló cerca de nosotros, golpeando el suelo con su puño y formando una barrera de Roca Afilada para protegernos.

- ¡Pancham! – me sorprendí al ver al pokemon lucha.

- ¡Satoshi, es nuestra oportunidad! – me dijo Gary, y entendí al momento que quería decir.

- ¡Pancham, abajo! – le ordene.

Este me obedeció sin protestar mientras yo y Gary sacábamos a Golem y Blastoise.

- ¡¡Ahora, Giro Rápido/Giro Bola!! – Gritamos mi rival y yo respectivamente al unísono.

Tanto Golem como Blastoise empezaron a girar a una gran velocidad, para luego chocar contra la Roca Afilada de Pancham. Al igual como en mi batalla contra Violeta, el choque de los ataques giratorios comenzó a romper el movimiento tipo roca y a lanzar los escombros como proyectiles a todas direcciones. Estos empezaron a golpear a todos nuestros atacantes, tanto personas como pokemons. Cuando todos los escombros cayeron al suelo, Gary y yo salimos al derribar a los últimos que quedaban en pie con ayuda de Pancham.

Al poco rato, estábamos rodeados por una muchedumbre inconsciente en el suelo con el uniforme del Team Rocket, pero eso era lo que menos me importaba ahora. Me apresuré a ir donde Kalm y empecé a buscar entre sus pertenencias.

- ¡Maldita sea! – grite con rabia y golpee el suelo con mi puño. - ¡Los bastardos se llevaron su piedra!

Al menos no estaba en peligro de muerte, gracias a Arceus; solo estaba inconsciente. Gary me ayudo a cargarlo hasta donde se encontraba la entrada a la zona de descanso. Al llegar, pudimos ver a varias personas, muchas trataban de ayudar a heridos y otros solo estaban parados o sentados tratando de recuperar energías. También había hombres, mujeres y niños llorando y gritando de desesperación en frente de sabanas con bultos, algunas con sangre y otros con alguna parte del cuerpo menos. Al verlos, recordé algo importante, y, antes de poder preguntarle siquiera, Pancham ya se había adelantado, hasta llegar a un grupo de 3 chicas quienes trataban de consolar a una mujer y sus 3 hijos quienes estaban llorando frente a una sábana completamente toja por la sangre. El pokemon lucha le jaló la pierna a una de las chicas. Esta se dio la vuelta junto a sus amigas, quienes al vernos empezaron a cristalizarse los ojos. No tardo mucho en que Miette, Korrina y Serena se abalanzaron sobre nosotros, para luego ayudarnos con Kalm. No pude contenerme más y yo también llore de alegría, por ver a la peli miel sana y salva aun...

Ash y Serena. ViajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora