En deuda con mis pokemons... y con ella.

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Kirlia y yo salimos del puente entre la mente de Mewtwo y de la mía, dejando a Serena ahí a petición de mi amigo psíquico. Al levantarnos, mis pokemons se encontraban formando un círculo a mi alrededor, viéndonos a mí y a Kirlia levantarnos. Todos me observaban con una expresión media extraña, entre preocupados y asustados. A mi lado, inconsciente aun, Serena seguía en el puente.

Me dirigí a mis pokemons, con una mirada de enojo puro. No podía creer que hayan dejado a Serena entrar en el puente sin consideración mía, incluso Charizard, que se veía tan intranquilo como el resto. Me incorpore y, ya de pie, tome la palabra.

- ¿¡En que estaban pensando!? ¿¡Porque ayudaron a Serena a entrar al puente!?

Ninguno hiso ninguno de sus sonidos habituales, con la cabeza gacha, evitando mi mirada.

- Puedo entenderlo de parte de Grovyle, Frogadier, Kirlia y Noibat. ¡Pero ustedes 2! – señale a Charizard y Graveler - ¡Esta noche me han decepcionado! ¡Les di una simple tarea! ¡¡Y me veo en esta situación!! ¿¿¡¡Que rayos pasaba por sus cabezas al momento de hacer esto!!??

Charizard dio unos pasos adelante, levantando lentamente la cabeza para poder verme. A pesar de que mostraba algo de miedo, no notaba arrepentimiento en su mirada. Podríamos decir que notaba incluso un leve fruncimiento en su entrecejo.

- ¿Algo que decir, Charizard?

Mi pokemon de fuego no dijo nada, simplemente levanto su garra, mostrando mi pokewatch, con la foto mía y de Serena de niños en la entrada del laboratorio del profesor Oak proyectándose. Revise mi muñeca y, en efecto, mi pokewatch no estaba. Volví a dirigir la mirada a mi inicial.

- ¿Qué quieres que te diga?

Charizard produjo un gruñido, para luego botar unas brazas de sus fosas nasales. Ya ha este punto sabía muy bien lo que quería decir mi amigo, pero no quise ceder. Los que se encontraban en falta eran ellos, no yo. Pero mis pokemons empezaron a murmurar, en apoyo de Charizard. A pesar de no entender lo que decían, sabia como interpretar muy bien sus expresiones.

- ¿Y que con ustedes? – les dije a los demás – No estuvieron conmigo en mis primeros años como entrenador, así que no pueden opinar aquí.

Después de pronunciar esas palabras, Charizard me empujo con su cola, con tanta fuerza, que me aventó a unos 4 metros de donde estaba. Me incorpore en el acto, con Charizard acercándose y con una evidente expresión de enfado.

- ¿¡Qué diablos te sucede, Charizard!?

Este formulo un rugido que hiso que todos temblaran del miedo, pero yo decidí no inmutarme. No quería discutir, y mucho menos con mi mejor amigo, pero es que la frustración que llevaba no la podía contener ya por mucho tiempo más.

- ¿¡Que quieres que te diga!? ¿¡El por qué no les conté a ti y a los demás sobre ella!?

Charizard asintió con la cabeza. Al parecer, caí al final en su juego. Ya suponía que su enojo se debía a eso, pero lo que me sorprendía era que él fuera el único con esa actitud. Ni siquiera Graveler, quien fue también unos de mis pokemons que me acompañaron por Kanto, pero al tipo roca-tierra no parecía afectarle el tema en lo más mínimo.

- ¿¡Porque te molesta tanto de que no te haya contado sobre Serena!? No se lo dije a nadie... salvo... Mewtwo... Pero es un caso diferente. – dije eso ultimo con cierta sensación de culpa.

Después de esa confesión, Charizard hiso una jugada que nunca vi venir. No solo había agarrado mi pokewatch cunado me encontraba inconsciente, sino que también tenía su pokeball en otra garra. Luego, me señalo con esta, como si fuera a lanzar para atraparme con ella... Como queriendo decir: "Te elijo a ti"

Ash y Serena. ViajeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora