Thomas, el chico intocable de la preparatoria. Pero su puesto no será exclusivo.
Una chica llega y toma ese puesto junto a él.
Sus dormitorios son vecinos, pero ellos no tanto al principio.
Con el tiempo descubrirán, que no son más que un reflejo d...
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Beth sallow:
Ya habíamos regresado a la escuela, era nuestra primera semana.
Creo que nadie sabía que éramos novios porque no nos hemos besado en público o abrazado. Y técnicamente nos la pasamos juntos desde que nos conocimos.
Estábamos en la última clase. Tenía mucho sueño, ayer no dormí mucho. Esta semana no había dormido con Sangster y si soy honesta, duermo con más facilidad cuando estoy con él.
Él estaba sentado a mi lado y al lado de él estaba Theo. Nos habían cambiado las clases así que me sentaba con ellos porque Hannah y Dan estaban en otra.
Puso su mano en mi pierna y la acarició. Llevaba falda y medias negras.
-Beth. -Susurró y lo ignoré porque estaba tan cansada que no quería mover la boca. -¡Beth! -Repitió aún susurrando. -Bien. Veamos cuanto tiempo aguantas callada. -Subió su mano lentamente. Quité su mano rápidamente y lo miré burlonamente mal. El se arrepintió. -Lo siento, de verdad.
-¿Por qué me molestaría por tu tacto?
-No lo sé, sólo lo siento, si te incomode. Sabes que puedo llegar a ser un idiota porque no pienso muy bien antes de actuar, pero...
Tomé su mano y le dije que se tranquilizara. -No me incómodas. Está bien. -Él sonrió con alivio, alzó nuestras manos y me dio un beso en ella.
Salimos de clase, saldríamos con Theo, Hannah y Dan a los bolos.
-Soy el único. Sin pareja. -Theo nos miró mal y nos reímos.
Compramos bebidas y comida.
Hannah y Dan habían comenzado a salir después del baile.
A final el ganador resultó ser Theo, me la había pasado bien. Jamás habíamos salido los 5 juntos, pero parece que se llevan bien todos.
Sangster y yo nos fuimos por nuestro lado y fuimos al centro comercial abandonado, el lugar antes favorito de Sangster. Había cambiado, y volvió a cambiar pero se niega a decirme su nuevo lugar favorito.
Pusimos música como la primera vez que habíamos venido. Fuimos al balcón y vimos el atardecer sin decir una sola palabra, no habíamos hablado mucho desde que llegamos.
