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	Era una hermosa mañana en la ciudad de ôme

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Era una hermosa mañana en la ciudad de ôme. El sol brillaba como cada día, siendo esa su tarea matutina, el Otoño ya estaba presente, así que la refrescante brisa mañanera se sentía aún más placentera junto con el sereno del césped, el cantar de las aves que habitaban en las ramas de los árboles  era melodioso, por los caminos del extenso parque  se apreciaban a personas corriendo, haciendo estiramiento previo a un ejercicio más agitado, otros simplemente caminado disfrutando de tan encantadora mañana.


Cierto azabache estiro sus brazos hacia arriba relajando su cuerpo por la caminata que realizo junto a sus familiares para llegar al dichoso parque, giro su cabeza hacía atrás, sin duda se molestó. ¡¡¡No llevaban ni diez minutos y ya se habían dormido!!! ¡¡¡OTRA VEZ!!!

Tomo una rama que se encontraba tirada en el césped junto a varias hojas de árboles, se acercó sigilosamente a los tres bellos durmientes, mismos que estaban "sentados" en una banca del parque. 

Naruto tenía la cabeza recargada en el hombro de su rubio hermano y su pierna derecha arriba de las de Deidara, aferrado al brazo del mayor. El rubio doncel simplemente se encontraba recargado en el hombro de su prima y ella recargo su cabeza con la de veinteañero.

Obito los observo nuevamente sonriendo juguetón. Como le gustaba despertar estruendosamente a la gente, sin pensar dos veces su maldad golpeo repetidamente la rama contra el duro material del que estaba hecha la banca, provocando un escandaloso  ruido despertando a los rubios, como era de esperarse  Naruto, el más pequeño de los tres se asustó más, que al tratar de levantarse cayó al suelo, pero en esta ocasión era diferente ya que sus piernas se encontraban enredadas con las de Deidara junto con su brazo, llevándoselo con él. Deidara por reflejo al sentir que caía trato de sostenerse, tomando así el brazo continuo, que era el de Ino, formando una pequeña cadena.

-          Jajajajajaj – reía eufóricamente el ojinoche al ver como caían uno por uno. Con esto sin duda alguna le provocaba más ganas de hacer travesuras a ese trio, siendo Naruto el que más veces caía en ellas. Naruto siempre se sobresaltaba muuuuucho, siempre pero siempre terminaba en el suelo, con Deidara e Ino no resultaba seguido, era raro cuando lograba despertar antes que ellos, y cuando ocurría, no podía hacer que tuvieran la misma reacción que el menor.

-          ¡¡Auch!! – se quejó la mayor – Maldición eso dolió.

-          ¿De qué te quejas sí caíste arriba de mí? – hablo Deidara adolorido, la mujer giro su cuerpo para dejar de aplastar  a su primo  y terminar por competo en el césped.

-          Shhh....no hagan ruido-ttebayo. Ahora entiendo por qué Shikamaru  se queda dormido en la mayoría de los descansos de la escuela- dattebayo. – Importándole poco que había sido víctima ¡¡Otra vez!!  De las bromas de Obito, el rubio siguió tirado en el verde césped.

                Él estaba acostumbrado a  despertar o más bien, ser despertado a las diez de la mañana, lo más temprano había sido a las nueve, pero ahora gracias a su querido hermano Obito, había hecho un graaaaaaan esfuerzo para levantarse a las ocho y media de la mañana un sábado ¡¡¡SÁBADO!!!  Su hermano se tomó muy enserio lo de las prácticas de Judo que les brindaría. Antes de salir todos desayunaron algo ligero. Habían tomado un pequeño viaje en autobús pero con el movimiento suave y tranquilo del mismo no tardaron en quedarse dormidos, el azabache tuvo que despertarlos antes de perder su parda, caminaron un par de cuadras más y por fin llegaron al dichoso parque. Los rubios no dudaron ni un solo segundo cuando vieron un lugar para descansar y volverse a dormir  para luego tener que ser despertados cruelmente.

"Secret of the past"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora