Inmortal love (Completo)

Capítulo 4: La criatura del bosque

Marian:

Desperté en una cama suave que tenía el colchón y los almohadones de plumas, era blanca, impoluta. Sentía un dolor insoportable de cabeza y estaba débil, como si hubiese perdido mucha sangre. Al moverme para ver donde estaba, un latigazo me recorrió el cuello, lo volví a intentar, esta vez mucho más suave.

La habitación en la que me encontraba era grande, estaba pintada de blanco con los detalles de las columnas y la techo en forma de cúpula dorados. El piso era de mosaico blanco y estaba reluciente. Enfrente de la cama mi reflejo me miraba en un gran espejo enmarcado en oro que formaba parte de una cómoda muy grande, sobre ella habían todo tipo de frascos y polveras, peines, peinetas, cepillos para el cabello en fin, había de todo.La cabecera de la cama era inmensa, blanca con detalles dorados y reposaba contra la pared, a mi derecha, un gran ventanal de cristal con cortinas blancas y flores doradas bordadas en ellas daba a un espacioso balcón. Me levanté de la cama con cuidado y me dirigí a la cómoda, en la cual había una nota de caligrafía precisa que decía:

Toma un baño y ponte un bello vestido, probablemente no sabrás cuál es el closet ni cuál es el baño.La puerta que está en el lado izquierdo de tu cama es el closet y la que está delante de ella es la del baño. Te espero al anochecer en el jardín.
Stefan...

Ni siquiera me había dado cuenta de que habían dos puertas más, al abrir la que estaba a la izquierda de mi cama, me quedé sin aliento, una hilera de interminables vestidos a la derecha y zapatos finos a la izquierda se hizo presente, mientras lo recorría pude ver muchos vestidos, todos como el que traía, eran largos y básicamente transparentes, de todo tipo de colores, toqué uno y supe de inmediado que eran de seda. En cuanto a los zapatos, todos, absolutamente todos eran sandalias.

Salí del closet y fui al baño, era inmenso y estaba cubierto de lozas blancas a excepción de una pared que era un espejo. Tenía forma circular y muchos estantes con toallas y otras cosas de aseo. Una piscina mediana y en forma de círculo ocupaba la mitad del piso y terminaba en una pared, era un poco honda así que tenía escalones para entrar y en el extremo donde tocaba la pared había un saliente en forma de hoja de roble que mantenía la bañera constantemente llena de agua humeante, cerca de ahí en el fondo de la piscina que tenía por bañera, había un tragante que despedía el agua fría.

Luego de darme un baño me envolví en una de las toallas que se pegó a mi cuerpo marcando toda mi figura. Al salir del baño para mi sorpresa se encontraba un chico de ojos grises.

-¿Quién eres? -esboce.

No puedo creerlo, es demasiado descaro de su parte, pues este tío entra y para el colmo se queda vacilándome como si fuese una obra de arte. Una sonrisa petulante apareció en sus labios.

-Tu amo

Las palabras me afectaron tanto que di un respingo y la toalla cayó al suelo. Me di cuenta de un cambio repentino en sus ojos, estos brillaron y durante segundos se volvieron rojos. Un recuerdo vacilante me vino a la mente, una criatura de ojos color rubí que me miró como si fuese su próxima presa.

- Eres tú - dije asustada recordando a la criatura del bosque.

-Yo puedo ser muchas cosas -me echo una última hojeada y luego dijo - te espero en el jardín.

¿Que jardín?¿Que rayos era rl?¿Donde estoy?¿Y mi hermana? No puedo creer toda la mierda que a pasado en solo un día.