Capitulo 3: Frío como el hielo

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Capítulo 3 :

Elizabeth:

Mi hermana se desmayó y justo antes de que cayera al suelo, el chico de ojos grises la tomó en brazos y la depositó suavemente en el piso. Su herida sangraba un poco menos que antes, pero eso no me quita la preocupación .

El chico de ojos azules estaba frente a mí y me miraba como si fuera el postre.

- ¿Qué nos harán? - pregunté mirándolos alternativamente.

- Primeramente vamos a presentarnos, yo soy Christian y este es mi hermano Stefan. - dijo el que estaba en frente de mí, no sé por qué, pero el azul de sus ojos era muy raro, en su mirada había un brillo maligno y a la vez seductor, me perturbaba demasiado, entonces cambié la vista, necesitaba valor y mirarlo me desconcentraba.

- Al diablo con sus nombres, responde a mi pregunta -grité y ambos se sobresaltaron por mi tono de voz y por mis palabras.

- Pero que vocabulario tan feo, ¿acaso nadie te enseñó modales? - preguntó el de los ojos grises...Stefan.

- A tí que te importa, ¿son sordos o qué? Pregunté algo, lo repetiré por si no lo oyeron...

- Lo oímos perfectamente, y no te respondemos porque no nos da la gana, así de simple - contestó suavemente Stefan. El otro, Christian o algo así, se limitaba a mirarme con una sonrisa.

- Serás imbécil - repliqué en voz alta.
Stefan me miró con cara de odio, visiblemente molesto.

- ¿Qué dijiste? - preguntó en tono muy bajo, amenazante. No me importa.

- Dije: Serás imbécil - repetí en tono desafiante mirándolo a los ojos.

- Hermano, más le vale a tu concubina aprender modales, antes de dirigirse a mí. - le dijo al otro.

¿Concubina? ¿Cómo que concubina?, ¿de quién? Pero si apenas los conozco, ¿de qué va todo esto? Seguro que están locos como una cabra o esto debe de ser una especie de pesadilla. Además en que siglo estamos, concubina no es una palabra que se use en esta época.

- ¿Puedes leer que está pensando? - preguntó Christian a Stefan.

- No oigo nada en mi cabeza, no entiendo, no puedo ver sus pensamientos. - respondió este.

- Interesante - musitó Christian - es hora de que duerma un poco - dijo después y pasó su mano por mi cabeza.

- Esperen un momento, a que se refiere ese - señalé a Stefan - con eso de concubina.

- Tranquila, luego sabrás, ahora duerme - dijo Christian con voz sedosa y me sentí rara, era como una droga, estaba semiinconsciente con los ojos entrecerrados.

- Increíble, ella es inmune, no está dormida, lo percibo, su respiración sigue igual. - dijo la voz de Stefan.

- Qué suerte tengo - murmuró Christian en un susurro - es inmune y es mía.

No entendía nada de nada...¿Inmune? ¿A qué? .... ¿Suya? Definitivamente estaban locos porque yo no soy de nadie.

Unos brazos fuertes me alzaron del suelo y mi cabeza se apoyo en el pecho de alguien que llevaba una camisa de lino blanco. La tela estaba un poco fría y por lo que pude ver con los ojos entrecerrados era muy fina y olía refrescantemente bien. Tenía la sensación de que estaba apoyada en acero, de pronto algo helado me tocó el brazo, una pálida mano me sujetaba con firmeza.
 
Minutos después sentí como me depositaban en una cama suave y mullida, era exquisitamente cómoda, entonces el sueño invadió mis sentidos y me quedé dormida.

Inmortal love (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora