Capítulo 30:Calido y acojedor

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Marian:

Caí de los escalones y tuve la impresión de que Stefan me dejaría caer aunque me capturó entre sus brazos. Debo limitarme a estar cerca de los escalones, pues no quiero cometer un aborto repentino, sería un crimen perder a la criatura que crece en mi interior.

Hablé con mi hermana acerca del embarazo y su reacción fue de total felicidad. Desearía que la de Stefan hubiera sido así.

Han pasado unos días y él a toda costa trata de evitarme. Cada vez que hablamos siempre mira mi vientre con repulsión y es lo que más me duele, siente algo demasiado malo por el propio hijo que hospeda mi vientre el cual tiene su sangre.

- ¿Por qué no me deseas Stefan es por el niño? - dije sofocando un gemido, pues constantemente me pasa y más cuando estoy cerca de él. Mi hermana me dijo que a algunas mujeres les sucede durante el embarazo ''La excitación repentina" y además me dijo que es de lo más sano para el bebé.

- ¿Por qué quieres arriesgarte a perder tu propia vida por el demonio que alberga tu interior, acaso no quieres vivir y estás en plan suicida o sólo quieres que yo muera al perderte? - mis ojos están totalmente húmedos, pues las lágrimas se contienen para no salir. Me duele que piense eso, sus palabras frías y crueles distorsionan las maravillosas imágenes de Stefan llevando en brazos a su hijo mientras su hermano juega con mi sobrinito el cual sabe caminar en mis pensamientos, todo eso mientras preparo la cena y Elizabeth intenta ayudarme.
Estoy harta y necesitada de todo, y para peor este drama sólo hace la situación más difícil.

- Solo temo perderte y no volver a verte jamás - dijo, sé que está aguantando pero es muy fuerte para derramar sus hermosas lágrimas aquí a mi lado.

- No tienes porque pensar eso, todo estará bien - le dije con una mirada segura y decidida agarrándole la mejilla en una de mis manos.
- Sí, lo sé, pero no quiero correr el riesgo de perderte para siempre - sé que es una estupidez lo que le diré pero pienso que esto aliviará un poco su dolor.

- Si me sucede algo no estarás solo, el fruto de todo nuestro amor estará allí a tu lado lo cual hará que me recuerdes y además siempre estaré aquí - le señalé con un dedo el pecho - en tu corazón - con esas palabras bastó para que él comenzará a besar mis labios y yo poder sentarme mucho más.

- Espera - hizo una pequeña pausa - Si lo hacemos sé que no dañará al bebé porque es sano pero tengo miedo de no sé...lastimarlo - no puedo creer que el doctor no esté seguro de sus años de estudio y trabajo.

- Bésame - pero lo que quiero es penetración aunque se que él no quiere; entonces me tendrá que dar placer de otra manera.

- ¿Por qué no me lo pides en vez de pensarlo eh? - esto me encanta, que sepa lo que quiero y no tener que decírselo es genial, y no me molesta en absoluto, pues no tengo nada que ocultarle.

Fue allí cuando entonces Stefan simplemente me depositó sobre la cama y se acostó a mi lado. Ese dulce y ligero aroma que siempre llena el lugar cuando está a mi lado es tentadoramente excitante. Sus labios carnosos y rodeados con ese ligero lunar y para mejor su hermoso y bien formado cuerpo hace que me sienta mejor tan sólo de tenerle a mi lado.

- Sé que soy una tentación pero mientras el bebé esté allí en tu pansita no te tocaré - ¿What? no puedo creer lo que acabo de oír esto sí que es una tortura.

- Entonces dame placer de otra manera - ¡Ay Dios! Vamos Stefan moriré si no me metes tu gran pene de una vez.

- Eso es lo que quieres pero no te lo daré pequeñita - es tentadora la manera en la que se muerde el labio inferior, parece que quiere que muera de un infarto.

En ese momento me quito de un sólo y tosco movimiento el pequeño vestido que me había puesto para dormir, vivo en un castillo pero son muy pocas las veces que los chicos nos piden a mi hermana y a mí que nos pongamos esos vestidos medievales, en general siempre usamos ropa elegante pero moderna excepto cuando vamos al pueblo que es cuando vamos en jeans y cosas así.
Después que quito aquel pequeño vestido comenzó a hacer una pequeña hilera de besos húmedos hasta mi vientre hasta llegar a mi lugarcito húmedo.

- Dile a tu hombre qué quieres princesa - ¡Oh Dios!

- Bésame...- Subió y me dió un beso en los labios.

- Serás hijo de p...- dije jadeando.

- Cuidadito que a tu difunta suegra la respetas - dijo volviéndose a colocar entre mis piernas.

Fue allí cuando pude sentir sus labios absorbiendo mi sexo muy suavemente haciéndome estremecer y teniendo que concentrarme en agarrar las sábanas de la cama para no obligarlo a que me la metiera de una buena vez. Ahora da un lametazo en mi clitoris y no puedo aguantar los gemidos que salen como un grito de mis labios.

- Stefan...Ah... por favor dame más..ah! - estoy rogándole pero es lo que necesito.

En ese preciso instante mete su lengua acompañando a sus dedos en mi sexo y de esa forma haciendo que de tan sólo ese acto mis piernas se tensaran para alcanzar mi final.

- Vaya nena, si que estabas necesitada pero ahora...el que necesita tu ayuda soy yo - Al verlo, el muy sinvergüenza se ha quitado toda la ropa y estaba aguantándose la polla con una mano me estaba enseñando toda su ereccion.

- Ahora es mi turno corazón - en cuanto dije esas palabras me colocó sentada entre sus piernas ambos totalmente desnudos.

- ¿Me la vas a meter o quieres que me la meta yo solita? - estoy soñando tentadoramente pero es porque quiero que me de lo que deseo. Me restriego contra su ereccion para que se retuerza bajo mi cuerpo.

- No pequeña no voy hacer eso...pero me gustaría...olvidalo.

En estos momentos me gustaría ser yo quien escuchara sus pensamientos.

- ¿Qué quieres que haga? sólo dímelo....dímelo - le digo tiernamente.

- Quiero...quiero que tus carnosos y suculentos labios chupen mi polla hasta que me corra.

Ahora es mi turno de hacerlo sucumbir a mis pies. Comencé a lamer esa pintura rosada que me ha tenido desquisiada desde la primera vez que le ví. Le pasé la lengua lentamente y mientras puedo senrir los gemidos ahogados que salen de su boca. De repente me agarra el cabello, el cual lo tengo suelto y me hace una cola de caballo para de momento instantáneo meter su pene completamente en mi boca, es un poco raro porque nunca he hecho un oral pero se siente bien tener a el amor de mi vida estremeciéndose entre mis labios.

- Cariño..dame más... más rápido ...chupa más...¡me corro! - en cuanto escucho esas palabras lo hago más rápido y chupo lo más que puedo hasta que siento su pene vibrar en mi boca y luego un líquido un poco amargo y caliente bajar por mi garganta.

Inmortal love (Completo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora