4.Una cortada 🩸

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Kaminari Ao.

Habían transcurrido tan solo dos días desde que desperté en su cama, era cierto que los nervios esa mañana me habían destruido pues al abrir mis ojos note su cuerpo, era tan perfecto, Baji tenía una serie de tatuajes en su pecho y su entrada en v se notaba a la perfección, pues únicamente llevaba sus jeans negros holgados.

Pero su maldito cabello lucía igual de hermoso que desde siempre, opte por fingir que no había dormido con él y al parecer Baji ni lo había percibido dado que al día siguiente no mencionó nada, no quería que las cosas fueran más incómodas. Ahora vivía en el sillón de la sala, Fuyu estaba terminando los últimos detalles de mi habitación.

Baji apenas si estaba en casa, lo cierto es que desde esa mañana, lo había visto dos veces más, entraba y salía y ni siquiera me percibía.

Por la tarde iría con Fuyu y Mitsuya a un museo de arte contemporáneo y después a uno de los parques nacionales más emblemáticos de la ciudad.

-Aoooooo!.-

-Fuyuuuuuu.-

-Ya voy, dame un momento es que no encuentro mi chamarra de mezclilla.- Gritaba Fuyu desde la planta alta, me daba gracia que siempre colocaba su cabeza por el barandal de las escaleras.

En ese momento iba bajando las escaleras Baji sujetando su cabello con un hermoso conjunto de ropa negra, siempre lucía radiante.

-Baji, iremos al museo ¿No te gustaría venir con nosotros? .- Los nervios me mataban, el chico pasó de lado caminando hacia la cocina despreocupadamente.

-¿Quiénes irán? .- Ahora la  pregunta se le entrecortaba con un largo sorbo de leche, mismo que me dejó ver su cuello estirarse, traía un collar que había visto desde que éramos niños.

-Fuyu, Mitsuya y yo claro.- Lentamente me acerqué a la barra de la cocina, siendo esta la única cosa que nos separaba frente a frente.

-En ese caso no Ao, paso, la verdad es que ir a ver obras de arte sobrevaloradas me da algo de flojera.- El chico solo endureció su expresión y se dirigió a la puerta sin decir adiós.

Que rabia, todo el tiempo estaba de mal humor, seguramente usar tanto cuero  desde tan temprano le atrofiaba el cerebro del calor.

Fuyu dio un gran salto hacia el piso desde el escalón tres.

-¡VAMONOS AO!.-

Así que emprendimos el viaje, estar con Fuyu era lo más simple del planeta, desde siempre me había hablado de frente, nunca se guardaba nada para él. Era muy buen amigo.

Llegando al lugar note la figura larga de Mitsuya parada en una de las columnas de la entrada, recargado con uno de sus pies en la pared, sin duda era uno de los chicos con más estilo que hubiera visto jamás, estaba parado con un hermoso abrigo negro, una camisa blanca y unos pantalones grises, su cabello resaltaba entre toda la gente.

-Ao, Fuyu, ¡por fin llegan! .- Exclamó jugueteando.

-Es que alguien quería verse cool y no encontraba su ropa.- Señale a Fuyu antes de inclinarme a darle un beso en la meguilla a Mitsuya, mismo que se coloreo de color rojo después de esa acción.

-Dejame Ao, yo no soy como tu o Baji, que tienen un estilo increíble.- Reconocía que para mi desgracia era muy similar nuestra forma de vestir, siempre de colores oscuros y con muchos accesorios.

-Pero si solo nos vestimos de negro.- Solté sonriendo

Todos reímos por lo bajo y nos adentramos en el lugar, vimos increíbles piezas, muchas de ellas de artistas independientes, compartimos puntos de vista y descubrí que Mitsuya era muy conocedor del mundo de las artes gráficas, claro que tenía que tener buen gusto pues quería poner su taller de alta costura, pero era más que buen gusto, sabía apreciar la belleza de todo lo que veía.

-BAJI KEISUKE-MALENTENDIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora