El amor es algo tan frágil que los pequeños malentendidos pueden distanciar a las almas gemelas durante mucho tiempo.
El amor es algo tan real que hará todo lo posible por unirse a su destino.
Es una historia llena de esos malentendidos que de no...
La noche había llegado y yo solo daba vueltas en mi cama, ¿Qué era eso que tenía que pensar Ao? La forma en que Mitsuya la miró al momento de irse en la tarde, resultó un tanto escandalosa para mi, me trajo el amargo sabor de cuando aún éramos chicos.
Ellos siempre se iban a comer juntos después del dojo, él la cargaba, jugueteaban y reían siempre, , solo porque yo no tenía el valor que el de cabellos lila, para él siempre era fácil decirle a Ao las cosas, en cambio a mi me daba tanto pánico.
Y ¿Quién era el otro tipo? ¿Kakucho?, desde cuando se llevaban no tenía ni la mínima idea de quiénes eran sus compañeros y si todos la miraban de la misma forma que ese tipo, sin duda era un problema.
En definitiva no podía dormir, así que me puse una sudadera y con lentitud abrí la puerta para dirigirme a la terraza.
El helado aire llenaba mis pulmones y una bocanada de bao salía de mi que miraba hacia arriba cuando el sonido de la puerta me distrajo del paisaje estrellado a los verdes ojos de Ao, que lleva puesta una playera negra largas hasta las rodillas, su mirada era igual de sorpresiva que la mía.
-Ah no sabia que ibas a estar aquí.- Justo en ese momento quiso cerrar la puerta, pero la detuve justo antes, no quería que se fuera de nuevo.
-No, si quieres quedarte aquí yo me iré.- Nos miramos unos segundos y eso pasó justo a mi lado recargándose en el barandal del balcón.
-No, Baji, podemos ver en silencio las estrellas, no tienes que irte.- Cerré la puerta y me acerque a ella con cautela, no quería molestarla más sabía que lo de esta mañana había sido terrible.
Giró su cuerpo recargando los codos en el frío metal y puso su cabeza en lo alto mirando al cielo, su cuello entero se dejaba ver, su cabello se fusionaba con la noche y sus largas piernas desnudas ejercían presión sobre el suelo.
-Bueno.- Mencione con el poco aire que no me había robado su imagen, imite su movimiento y miramos el cielo un largo rato, en completo silencio.
-Creo que ya me meteré, hace algo de frío, trata de dormir.- Se movió y con la misma inercia con la que detuve la puerta para que no se fuera, la detuve por la muñeca.
-Ao-
-¿Si?.-
-Quería disculparme por lo de esta mañana, no fue la forma es solo que siempre tienes que invitar a Mistuya a todo.- Eso salió como vomito de mi, de nuevo no estaba haciendo lo de esta mañana es solo que no podía evitarlo.
-Es nuestro amigo.- Ao había titubeado un poco en su respuesta, aun la sujetaba y la atraje a mi dejando nuestras caras muy cerca, frente a frente, nuestras narices se rozaban.
-Lo sé pero siempre lo eliges sobre mi.-
-Por que el siempre me elige primero, Baji, además estas malinterpretando todo.- Sus palabras no dejaron ver la duda, ella estaba segura de lo que sentía Mitsuya por ella, ella sabía que él no dudaría y sabía que yo si, pero no era duda, era miedo, miedo de perderla, pero al parecer ya estaba sucediendo.
-¿Y el tipo de la tarde?.-
-Alto con esto, tu fuiste el que dijiste que no estábamos solo divirtiendo y tienes razón, el semestre apenas inicia y quizá lo nuestro solo fue...-En ese momento Ao me parto, se movió rápidamente unos pasos hacia atrás y sus ojos gritaban más fuerte que en la mañana.
-¿Solo fue qué..?.- No, ahora Ao pensaba verídicamente que yo no quería nada, de verdad que tenía que ponerme en orden.
-Nada, solo evita estarme cuestionando... yo no te dije nada de tu cita doble.-
Me sorprendió que recordara eso, pensé que no lo había ni notado.
-¿Eso?, ni siquiera pasó nada.-
-No regresaste esa noche.-
-Me quede con Draken, estaba muy borracho, ese día no podía dejar de ... .- Eso había sido mentira pero la verdad es que esa noche todo se había puesto muy raro.
-¿De qué?.-
-De pensar en ti.- Quise acercarme a ella pero dio unos pasos más tomando la manija de la puerta, mientras me miraba con duda o desconfianza quizá.
-Baji, no voy a seguir con este juego, en el que te quieres libre pero me quieres contigo o eso dices...buenas noches.-
Ao se metió de nuevo a la casa, esto tenía que parar tenía que aclarar algo del pasado que no me dejaba en paz, algo que quizá era una tontería pero que de saberlo desde antes quizá las cosas serían un poco diferentes.
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