Kaminari Ao.
14 años
-Ya, ya vámonos Draken, vamos a llegar tarde, puedes ver a Emma en mi casa.- Mikey se quejaba frente a la puerta de la escuela.
-Si quieren yo me voy con Ao y los vemos en el Dojo.- Baji exclamaba mientras me miraba de reojo, todos estábamos esperando a Emma a que saliera pues estaba terminando de hacer sus deberes del club de la tarde.
Después de eso se supone que iríamos al Dojo a verlos pegarse entre ellos, eran muy curiosos, todos en esa época le tenían terror a la pandilla que habían organizado.
-Me parece bien.- Baji sonrió al oír mi respuesta, vi las puntas de mis zapatos, pues a pesar de pasar mucho tiempo juntos, Baji era sin duda el chico que me gustaba y lo cierto es que me daba algo de pena pasar tiempo con él, nunca sabía qué decir.
-¿Puedo ir con ustedes? .-Como si me hubiera leído la menta, Mitsuya se unió a nuestra caminata.
-Claro.- Respondí velozmente, vi a Bajo y solo se encogió de hombros.
-Bueno nos vemos en un rato.-
Comenzamos a caminar los tres en dirección al Dojo, al momento de doblar en la esquina de la escuela una chica estaba parada, muriendo de nervios frente a nosotros.
-Baji-San, ¿Podríamos hablar? .- La chica se inclinó sosteniendo en sus manos un pequeño regalo, era sin duda una declaración de amor, el corazón se me revolvió.
Mitsuya y yo nos vimos de reojo, Tsuya me tomo por el brazo indicándome que los dejáramos solos.
-Te vemos en el Dojo, Baji.-Grito Tsuya dejándolos solos.
Camine con Tsuya y vi la expresión de sorpresa de Baji ante la chica, ni siquiera noto como nos alejamos.
Al momento de llegar al Dojo me detuve antes de entrar, estaba tan molesta, tan triste, lo más seguro es que él hubiera aceptado, solo de recordar su roja cara, se me encogía todo.
-Ao, ¿No vas a entrar?.-
-No... no lo creo..- Sin quererlo las lágrimas se me rodaron.
-¡Ao!, ¿Qué pasa?.- Rápidamente sujete a Mitsuya y lo abrace mientras lloraba lentamente, las lágrimas me llenaron los ojos, en todo este tiempo de estar con Baji jamás había sentido esta posibilidad de perderlo, pero que me pasaba, Baji jamás me notaría de esa manera, era solo su amiga.
-Ao, tranquila, seguramente Baji ya viene para acá.- Su gesto era tan gentil como siempre, secaba mis lágrimas con su dedo índice y pasaba la orilla de su suéter para limpiar mis ojos.
Entonces me separé rápidamente y lo miré atónita.
Terminó de limpiar mi cara y me miró con suavidad.
-¿Mañana vamos por ramen? .- Tsuya era bueno para cambiar de tema, siempre sabía qué decirme para no hacerme sentir peor.
-Si, me gustaría.-
-Por cierto, ¿me ayudas a hacerme un piercing como el de Draken?.-
-Claro, dragoncito.-
Me despedí y caminé en dirección a mi casa, al momento de llegar mi comida favorita estaba sobre la mesa con una nota, mis padres habían salido de la ciudad, era siempre por trabajo, pero mamá siempre dejaba mis platillos favoritos con una nota dándome instrucciones de como cerrar la casa, de donde comprar ciertas cosas, de los medicamentos y todo lo que pudiera necesitar.
Me recosté sobre el sillón de la sala, las lágrimas siguieron un rato hasta que el sueño me invadió.
Un sonido en la entrada me despertó, rápidamente me levanté y caminé hacia la puerta, se movía la manija, ¿Y si alguien sabía que estaba sola?, el corazón me latió rápidamente, hasta que una voz familiar resonó.
-¡Ao, abreme! .- ¿Qué hacía Baji a las nueve de la noche en mi casa?.
Acomode la falda del uniforme que aún no me quitaba y abrí.
-Keisuke, ¿Qué pasó? .-Tenia abierta la boca, llena de sangre, seguramente se había peleado con alguien, los nudillos los tenía destrozados y el uniforme de la Toman estaba intacto.
-Esto, no es nada, quería saber porque no te quedaste en el Dojo.-
-Mejor pasa, no te preocupes no están mis padres para regañarte.- Mi madre siempre le decía que dejara de pelear por gatitos ajenos, eso lo molestaba, pero en broma.
-Tsk! Bueno.. pero sigues sin responder.-
Caminamos hacia la cocina y saqué algo de hielo colocándolo en un trapo, extendí mi mano para dárselo cuando lo sujeto al mismo tiempo, nuestra piel se tocó y la pena me invadió, antes de poderme apartar me sujeto.
-Keisu...-
-¿Por qué lloraste? .- Preguntó tajante sujetando mi mano.
-No fue nada, quizá la soledad.- Mentira, pero que debía decir.
-Se, que mientes pero si quieres... puedo quedarme.- Me soltó, su rostro y el mio se llenó de color rojo mientras sujetaba el hielo ya sobre su cara.
-Dudo que a tu novia le agrade.- Era justo mencionar a la chica, la duda me mataba.
-¿Novia?, ah la chica de hace rato, fue muy amable, pero en definitiva no es mi novia.- Dio unos pasos acercándose a mi.
-Ah.. pensé que...-
-Todo es tu culpa, fuiste tu quien me sugerido dejarme el cabello largo y desde ese momento las chicas se me declaran seguido....- Y había sido una maldición, desde que Baji tenía el cabello largo, todas las niñas de la escuela suspiraban por él, me incluía.
-Presumido.-
Salimos de la cocina y caminamos en dirección a mi sala, ambos nos sentamos, los nervios de tenerlo aquí en mi casa, solos, con estas ganas de decirle lo que sentía por él, las palabras estaban en la punta de mi boca, quería soltarlo....
-No en verdad Ao, no tendré novia en mucho tiempo.- Mencionó sentándose en el sillón extendiendo sus brazos en la cabecera.
Tal vez sería prudente y no decirlo jamás sería mejor.
-¿A qué se debe?- Pregunté con incredulidad.
-Es secreto, ¿Entonces me dirás porque te fuiste? .- Respondió con su hermosa sonrisa colmilluda.
-Es secreto, pero si quieres podemos ver una película.-
Baji solo accedió y la noche transcurrió mientras el sueño llegó a mi.
Al parecer ambos tendríamos secretos que guardar.
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-BAJI KEISUKE-MALENTENDIDOS
FanfictionEl amor es algo tan frágil que los pequeños malentendidos pueden distanciar a las almas gemelas durante mucho tiempo. El amor es algo tan real que hará todo lo posible por unirse a su destino. Es una historia llena de esos malentendidos que de no...