Kaminari Ao.
Al despertar su cuerpo estaba pegado al mío, no podía creer nada de lo que había sucedió, el sol apenas tocaba el interior de mi cuarto, pero sabía que debía de moverme rápido, no podía imaginar la cara de Fuyu si nos descubría así.
Mi celular comenzó a sonar, rápidamente lo busqué entre mi ropa en el suelo,Baji se quejaba, pero aun no abría los ojos, sujete el móvil y en la pantalla estaba el nombre de Mitsuya, conteste el mismo tiempo que salía con velocidad de la recamara al pasillo, recargue mi espalda en la pared frente a mi puerta.
-Ao, perdón se que es muy temprano, pero ya que ayer no los acompañe, ¿Quería saber si querías que pasara por ti para ir con todos a desayunar?.-
Cierto, lo del desayuno, carajo, que se suponía que le dijera, quería estar con Keisuke el mayor tiempo posible, quería aclarar las cosas, pero ahora... en ese momento la puerta de mi cuarto se abrió, vi a Baji parado justo frente a mi con su largo cabello negro rodeando su cuello, su piel, su abdomen y su sonrisa picara.
Se acercó a mí con lentitud y me abrazó colocando su cabeza en la hendidura de mi cuello, mientras soltaba unos leves besos, acorralándome contra el muro.
-¿Ao estás ahí? ¿Si quieres que te lleve?.- La voz de Mitsuya me mantenía en el mundo, no estaba preparada para ser besada así tan temprano.
-Te parece si nos vamos ¿Baji, tu y yo? .- Respondí como pude, porque Baji ahora subía la orilla de su camisa colando sus manos en mi cadera, mientras aún devoraba mi cuello.
-Claro, nos ve...mos en unas dos horas.-Sentía como si Mitusya nos estuviera viendo, los nervios me delataría si no colgaba rápido.
-Adiós Tsuya.-
Entonces como si un balde de agua helada le hubiera caído al pelinegro me soltó y regresó al interior de mi recamara viéndome de reojo con recelo.
Me quedé parada unos momentos en silencio antes de entrar al cuarto, tenía que recuperar el aire, ¿Cómo lo vería a la cara sin sentir pena?
Al momento de entrar, Baji estaba sentado en mi cama, con un gesto de molestia, todo el fuego en él había desaparecido.
-¿Entonces iremos con Mitsuya al desayuno? .- Su tono era gélido, helado.
-Pues si.- Me quedé parada frente a él, no quería ni moverme, se le notaba muy molesto.
-Tsk! Pues jamás dije que quisiera que fuéramos los tres, necesito irme a bañar.- Extendió su mano en dirección a mí y los ojos ámbar me miraron con vacío.
-¿Y? .- Pregunté suavemente.
-Mi camisa, dámela.-
-¿Ahora? .- Claramente no necesitaba su camisa para irse a bañar, era todo para molestarme.
-Aha.-
-¿Qué te puso tan de malas?.-
Aquí estaba yo parada frente a él, queriendo saber, queriendo ser siempre quien solucionara sus arranques de indiferencia, sus malos modos, el sol de mi ventana entró justo iniciando el día y note la luz sobre su piel, mismo que trajo a mi memoria un momento de cuando jóvenes.
-Nada, solo dame mi camisa.- Abrió y cerró su mano que aún estaba extendida frente a mi.
-Es increíble que te pongas así, lo de a noche..-
-¿Lo de que besaste a otro tipo?, Está bien que te diviertas Ao, eso estamos haciendo todos, ¿No?.- Qué rayos le pasaba, ni siquiera recordaba eso, en lo mínimo, en lo único que pensaba era en cómo me había arrodillado frente a él y un coraje profundo creció dentro de mi.
-Entonces eso es lo que tenemos aquí, ¿Diversión? .- Que tonta fui, debí pensarlo mejor, Baji solo se divertía con todas las que podía y yo no era más que otra.
-Solo dame mi camisa.-
Entonces desprendí los botones y quedé solo con mis pataletas frente a él, me miró atónito, no venia ver mi cuerpo casi desnudo frente a él y se la arroje en la cara.
-Aquí la tienes, ah y Baji evita volver a entrometerte entre un tipo guapo y yo, ahora salte que me voy a bañar.-
Me miró furioso y al momento de salir azoto la puerta, me tire sobre mi cara pues la vergüenza me invadía al igual que el coraje, sujeté mi almohada y apestaba a él.
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-BAJI KEISUKE-MALENTENDIDOS
FanfictionEl amor es algo tan frágil que los pequeños malentendidos pueden distanciar a las almas gemelas durante mucho tiempo. El amor es algo tan real que hará todo lo posible por unirse a su destino. Es una historia llena de esos malentendidos que de no...