Más que un juego, el Stjelp era una carrera de obstáculos donde dos equipos de cuatro integrantes cada uno se enfrentaban con el único objetivo de conseguir la manzana dorada. Los equipos estaban conformados de un ofensor, dos defensores y por supuesto un corredor.
El juego se disputaba en una cancha parecida a las de fútbol americano dividida por la mitad, donde cada equipo tenía su territorio a los extremos; la cancha podría estar al aire libre o, como la que tenían en Caledonia, climatizada y techada a prueba de desastres y créeme que los accidentes ocurrían cuando a los jugadores, se les subía el espíritu deportivo a la cabeza.
Las reglas eran sencillas, el corredor tenía que conseguir la manzana dorada que reposaba en un pedestal justo en el medio de la cancha y llevarla de regreso a su territorio, aunque, allí es donde la cosa se ponía interesante. ¿Recuerdas a los ofensores? Ellos se encargarían de impedir que el corredor consiguiera su objetivo, mientras que los defensores debían proteger al corredor a toda costa.
El uso de poderes no estaba restringido mientras los jugadores se encontrarán en la cancha, sin embargo, al igual que en el voleibol un jugador no podía usar sus poderes dos veces seguidas, ni tampoco discapacitar permanentemente a los contrincantes. También, estaba prohibido que el corredor se valiera de sus habilidades para evadir los ataques del ofensor al menos, mientras tuviera la manzana dorada en las manos.
Noah observaba las gradas abarrotadas de curiosos, quienes se había enterado de que el elfo de sangre iba a participar en el juego, si bien era común tener público durante los partidos, muy pocas veces las gradas se llenaban a menos que se disputara algún campeonato.
Incluso Camille, quien no era fanática del Stjelp —ni mucho menos de ver a sus amigos perder en cada ocasión—, estaba sentada en primera fila. Su expresión cenicienta y desinteresada, indicaba que quisiera estar en cualquier lugar menos allí, lo cual despertó la curiosidad de Noah.
—¿Viniste a darnos buenas vibras? —Camille lo miró con una ceja alzada.
—Vine a ver qué tan malos son —replicó, buscando con la mirada a cierto joven de cabello rebelde—. ¿En serio Nate participará?, no lo veo...
—Está en los vestidores, ¿también viniste para ver al elfo de sangre jugar?, ¿no te basta con entrenar con él todos los días?
—Solo creo que esto no es muy buena idea y quería estar cerca en caso de emergencia —masculló con honestidad, lo menos que deseaba era ver a Nate luego del arrebato que protagonizaron en la playa, pero la preocupación de que algo saliera mal durante el partido la dominó.
—Camille, que sorpresa —Noah no tenía que girarse para reconocer al dueño de esa voz melosa a sus espaldas. Ethan, líder de escuadrón al igual que Camille y capitán del equipo contrincante, se acercó a ellos y con el exceso de confianza que lo caracterizaba, colocó su pesada mano en el hombro de Noah—. ¿Lista para ver perder a tu escuadrón? —ronroneó el elfo de tierra, removiendo su larga cabellera chocolate con la mano libre, mientras que apretaba el hombro de Noah con malicia.
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Al borde del abismo | Trilogía: La torre más alta [Borrador] | #PGP2024
FantasyHuérfano y sin nadie con quien conectar, Nathanael solo cuenta con la compañía de su vieja camioneta y la voz de su conciencia. Resignado a vivir en soledad, descubre que su verdadera naturaleza le tiene preparados otros planes. Nate se embarcará en...