Capítulo XXIII

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El atardecer estaba en todo su apogeo con el cielo despejado sobre ellos, así como Nate podía crear tormentas, también era capaz de deshacerlas a su antojo

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El atardecer estaba en todo su apogeo con el cielo despejado sobre ellos, así como Nate podía crear tormentas, también era capaz de deshacerlas a su antojo. El frío que los rodeaba también era algo insignificante cuando él podía regular su temperatura corporal para darles calor. Camille dormitaba sobre su pecho, casi ronroneando como un gatito satisfecho.

—No puedo creer que te hayas acostado con humanas —susurró Camille, dibujando con sus dedos círculos en el pecho de Nate.

Una humana, solo una.

—¿La amabas? —la llama de los celos se encendió en el pecho de Camille, a pesar de que sabía lo irracional que era.

—Pff, por supuesto que no.

—Entonces, ¿por qué lo hiciste?, ¿era hermosa?, ¿te forzó?... No puedo creer que un elfo se acueste con humanos solo por curiosidad.

—¿Celosa?

—Solo responde la maldita pregunta, Nathanael —masculló apoyando su mentón sobre su pecho y acribillándolo con la mirada, él sonrió ante el fuego de sus mejillas y acarició su rostro.

—La conocí en la preparatoria y si, era la más hermosa del instituto y yo, pues era un adolescente calenturiento —Camille frunció el ceño y desvió su mirada—. Cada segundo que pasé con ella fue horrible, no sé cómo pude perder la virginidad con ella, ni porque me obligue a hacerlo..., supongo que de verdad estaba muy desesperado..., es decir, era eso o pensar en intentarlo con un chico y..., definitivamente no me van los hombres —al saber eso, Camille se sintió un poco mejor e incluso sonrió al imaginárselo intentando estar con alguien de su mismo sexo—. ¿y tú?, ¿con cuántos te has acostado?

—Una dama nunca da detalles —Nate puso los ojos en blanco.

—No sabía que lo fueras —Camille le dio con manotazo en el pecho provocándole cosquillas—. De acuerdo, mejor no me digas..., no podre dormir pensando en qué posición estoy —Camille sonrió y le dio un corto beso en los labios.

—De primero —admitió antes de alargar el beso y morder su labio inferior—. Espero que no se te suba a la cabeza, Nathanael Dicks —Nate la atrajo más a su pecho con una sonrisa en su rostro—. ¿Estás usando tu caos para darme calor? —le preguntó al cabo de un rato, interrumpiendo sus besos antes de que los llevara a otras cosas, por tercera vez.

—Si no hacía algo te daría hipotermia —con una sonrisa, Camille le quitó unos pétalos fluorescentes del cabello revuelto.

—Repíteme de nuevo porque necesitábamos la cama de flores —preguntó con picardía.

—No quería que la arena lastimara tu piel —respondió Nate acariciando su espalda por debajo de la camisa, no importaba cuantas veces deslizara sus manos por su anatomía, para él siempre sería excitante sentir lo sedosa que era y como se erizaba con cada roce.

Al borde del abismo | Trilogía: La torre más alta [Borrador] | #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora