Capítulo XX

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Existían elementos que se complementaban entre sí, el aire sincronizaba con el agua cuando las nubes surcaban los cielos, la tierra se integraba al fuego cuando los volcanes rugían y así, sucesivamente entre elementos se entendían

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Existían elementos que se complementaban entre sí, el aire sincronizaba con el agua cuando las nubes surcaban los cielos, la tierra se integraba al fuego cuando los volcanes rugían y así, sucesivamente entre elementos se entendían..., sin embargo, existían excepciones.

El agua y el fuego jamás se llevarían bien, eran opuestos por naturaleza y se repelían con el mero contacto. Así mismo ocurría con los elfos de ambos elementos, quienes desde el principio de los tiempos se odiaban por naturaleza.

Ambos clanes vivían con un muro de soberbia entre ellos, puede que con el paso del tiempo hubieran resuelto diferencias y logrado convivir, pero la marca del odio todavía prevalecía latente, generación tan generación.

—Explícame de nuevo, ¿por qué la presencia de Aqua es necesaria? —masculló Noah con las manos hechas puños y sus nudillos blanquecinos.

—¡Por Gaia!, te lo he dicho cinco veces, el golem tenía musgo húmedo encima, quizás yacía cerca de algún rio o pozo acuífero. Si es así, un elfo de agua nos sería muy útil —replicó Camille por enésima vez, amaba a su amigo, pero odiaba que tuviera la mente tan cerrada cuando se trataba de los elfos de agua.

—Aqua será inútil contra un golem si nos lo encontramos —Camille lo vio con una ceja arqueada y cruzando los brazos sobre el pecho.

—Tal vez su caos no sea muy útil, pero no deja de ser muy buena con las armas de cuerpo a cuerpo —Noah soltó un bufido, clavando sus ojos en la pobre chica de cabello azulado que caminaba varios metros frente a ellos sin tener idea de lo que hablaban.

—Pfff por favor, Cam, ¿crees que ese palillo de dientes que trae con ella sería capaz de detener a un golem?, ¿o siquiera ayudarnos? Si nos encontramos con uno será la primera en caer, no debería estar aquí —Camille mordió su lengua mientras llevaba su mano inconscientemente a la espada en la guarda de su cintura, que era la misma que Aqua llevaba.

Ese palillo de dientes como Noah lo llamaba, era el que la mayoría de las mujeres llevaban en el monasterio, ya que era liviana y fácil de transportar. Las elfas no contaban con la misma fuerza que los hombres, así que debían hacer valer el rasgo que les daba una ventaja en las peleas, la velocidad.

—¿Te recuerdo que también uso la misma espada? El tamaño no siempre es lo más importante —Noah puso los ojos en blanco, con una mueca en su rostro.

—Tu no necesitas una espada para defenderte, ella sí.

—Cuidado Sr. Firestorm, alguien podría pensar que te preocupa el bienestar de Aqua —el rostro de Noah se puso tan colorado por el comentario, que por un momento Camille pensó que echaría humo por las orejas o que el fuego, saldría por sus poros—. Oh vamos, solo estoy bromeando —Noah le respondió con una sonrisa tensa, no muy agradable a la vista, de hecho, dicha sonrisa lo hacía parecer un maníaco.

Camille le dio un leve empujón para relajar el ambiente entre ellos a medida de que continuaban caminando con la vista clavada al suelo, pendientes de cualquier señal que les indicara que el golem hubiera pasado por allí; era el cuarto día de búsqueda y el segundo donde no encontraban ninguna pista de su guarida.

Al borde del abismo | Trilogía: La torre más alta [Borrador] | #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora