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Literalmente Soobin me dejó solo los próximos dos recreos. Bueno, no es como si yo saliera en ellos, siempre me quedaba en él aula, pero también tenía su compañía.
Ahora no era tan divertido.
Me levanté y salí, decidido a buscarlo.
Fui al baño, al kiosko, al patio y no lo vi por ningún lugar, quizás en los pisos de arriba.
Antes, como quien no quiere la cosa, me pase por el salón de Beomgyu; si Soobin lo iba a espiar, quizás me lo encontraba ahí.
Pero no, ninguno estaba.
– Ah, Gaeul – la vi llegando.
– Hola, Yeon.
– ¿De casualidad no has visto a Soobin?
– Si. Creo que iba tras Beomgyu e Hee. Subieron al segundo piso.
Miré arriba. – ¿A qué habrán ido?
– Beomgyu e Heeseung andan en algo, no supe que, pero Soobin pareció averiguarlo.
– Entonces los buscare arriba, gracias pequeña – comencé a caminar.
– Espera – me detuvo y di la vuelta. – Uhm, una pregunta... – Junto sus manos. – ¿Soobin es así con cualquier chica?
– ¿Así?
– Digo, de llamarlas con nombres, ahm, ¿dulces?
– Ah, ¿te refieres a cuando les dice lindas y esas cosas? – Asintió. – Lo hace, pero porque no sabe su nombre o porque es costumbre en él. Es naturalmente coqueto, también habla así con los chicos, así que, que no te incomode, ¿si? O bueno, si te incomoda, díselo.
Jugó con su cabello. – No, no era eso. Pero ya me quedo claro – sonrió con pena.
– ¿Por qué lo dices?
– Entendí mal las señales, solo eso – soltó una especie de risa con la boca cerrada. – Entonces, no vemos – entró a su aula.
Hice una mueca y me di la vuelta para dirigirme al segundo piso.
Mientras subía, no podía dejar ir la sensación de que Gaeul se quedó un poco mal con lo que dije, ¿quizás a ella...?
Me detuve cuando vi a Heeseung caminar con dos chicas hasta acá.
– Yeonjun, ¿qué tal? – Él se detuvo frente a mi.
– ¡Hee, rápido! – Apuró una de las chicas.
– Uff, ya voy.
Antes de que se fuera, tomé su brazo. – Espera, ¿has visto a Soobin?
– Mmmh, nop, pero Beomie está solito en la sala de computación – alzó las cejas con sugerencia.
