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– ¡Beomgyu! – voltee hacia quien me llamaba, Gaeul.
– ¿Que?
– Amh... – ella apretó la falda de su uniforme, se le veía nerviosa. – ¿Qué fue lo de recién? Digo, ¿entonces los rumores son mentira? – ¿Cómo es que crean un rumor y lo esparcen tan rápido en tan poco tiempo? En verdad que me sorprende la gente de mi instituto.
– Ya que estás en eso, ¿quién lo dijo y por qué todos lo creen?
– Es qué hay un video, Beomgyu. Yo no lo creí hasta que lo vi.
– ¿¡Ehh!? – la tomé de los hombros y sacudí un poco. – ¿Cómo? ¿Qué que? ¿Dónde?
Ella se sonrojó, supuse que era por la cercanía, así que dejé de tocarla y me disculpé. Tomó su celular, entró a Instagram, al de Ahn Yujin, y abrió un video: eran ella y su amiga grabándose en su camino a la escuela, risas y todo eso, pero...
–¡Me gustas!
Se oyó a lo lejos, Yujin volteó y grabó la escena. Era yo.
Yo estaba sujetando el brazo de aquel chico castaño.
– ¡Oh my god! – Gritó – ¡Mira eso, Wonyoung! ¡Es una confesión gay!
– ¡Que lin- uy, se desmayó!
A lo último se ve Yujin corriendo hacia allí y el video termina.
– Esto... Esto está sacado de contexto, es decir, si soy claramente yo diciéndole a un chico que me gusta, pero no quería decírselo a él... – quise explicar.
– ¿En-entonces a quién?
– ¡Beomie!
Giré rápidamente hacia esa voz. – Jung Ui...
– No pasaste por mi salón, así que vine a buscarte – dió un vistazo por sobre mi hombro – ¿Estás ocupado? – Preguntó con desgano – Querida si no te molesta, voy a llevarme a mi amigo – hizo énfasis en esa posesión. No era algo nuevo para mi, ella siempre actuaba así si me veía en compañía de alguien más.
Según Jung Ui, no era de su agrado que yo tuviera otras amigas además de ella.
No mentiré, a mi me gustaba un poco saber que a ella no le encanta la idea de dejarme cerca de otras chicas. Como que se sentía bien.
– Amh de hecho...
– Adiós Gaeul, hablamos después – interrumpí cuando Jung Ui enredó su brazo con el mío, caminando hacia el patio.
– Oh cierto, espera – la frené. – Hay algo que debo hacer con urgencia.
– Pero hay cosas que debo preguntarte – puchereó.
– Lo entiendo, pero tengo que hablar con... – ¿Como era? ¿Yeonjung? ¡Ah! – Yeonjun.
Ella soltó mi brazo y dio un salto emocionada. – ¡Beomie! ¿Vas a ver si él te corresponde?
Abrí mis ojos enormemente, ¿cómo va a gritar algo así?
Los estudiantes que pasaron me miraron raro, hice un ademán con la mano para que no le dieran importancia a sus gritos.
– Jung Ui, te pediría que no gritaras eso a los cuatro vientos – pedí por lo bajo. – No es de mi agrado y no estoy contento con las cosas que se están diciendo de mi.
– Ah, mándalos a la mierda. Beomie, los intolerantes siempre existirán – tomó mis manos y me miró con comprensión. – Pero lo que hiciste fue muy valiente. Confesarte a otro chico frente a todos, eso fue sumamente hermoso y valiente – su expresión cambio a confusa. – Aunque yo no sabía que conocías tanto a Yeonjun como para que te llegara a gustar.
– No, no, tú no entiendes-
– Sé que pensaste que no entendería y por eso no me revelaste tu secreto, pero créeme que nada cambiara entre nosotros, es más, ahora tendremos la oportunidad de hablar sobre más cosas. ¡Incluso yo puedo ser más abierta contigo también si eso te tranquiliza!
– Jung Ui... – reí histérico. – Déjame ir, tengo que hablar con él antes de que se acabe el receso y debo encontrarlo todavía – pedí, sabiendo que cuando se emociona es muy difícil hablar racionalmente con ella. – Además, él debe estar muy molesto también, ya sabes, que un chico te grite eso, van a correr rumores sobre él y eso no...
– No hay problema con eso – interrumpió. – Él se declaró gay hace ya dos años – esto se tornaba cada vez peor para mí. – Por cierto, él está en el aula, Beomie, no sale mucho en los recesos – sonrió.
– Espérame afuera, vuelvo rápido – asintió con una sonrisa. – Y cambia ese apodo – negó.
– No, es uno tierno.
– Como sea, cámbialo. ¡Ya vuelvo! – corrí hacia su salón.
