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Hoy no pase a buscar a Jung Ui, pues ella esperaba ese tipo de disculpas, y yo no tenía que disculparme por darle un beso a alguien que no era ella, ¿no?
Total, soy su hermano, ¿eh?
Ah, eso dolió. Estúpido y masoquista Choi Beomgyu.
Mis pies estaban tan acostumbrados a dar la misma caminata hacia su salón, que cuando me quite lo auriculares, ya estaba en la puerta de este. – Mierda.
– ¿Vienes a disculparte, Beomie?
Y doble mierda. Me voltee hacia ella.
– Sino no veo otra razón por la que estés en la puerta de mi aula.
– Es el mismo pasillo para mi aula también, dah.
– ¿Entonces quieres seguir peleado conmigo? – Preguntó aún con una sonrisa.
Rodee mis ojos. – Tú eres la que está peleada conmigo – comencé a caminar de espalda. – Si sigues así, caminarás sola hasta casa también – saque mi lengua.
– Serás tú el que vaya solo – imitó mi gesto, y no pudimos evitar reírnos del otro. – No seas tonto, Beomie, si sigues tardando, me creeré que en serio ya no quieres ser mi amigo.
– Tu sabes bien que- ¡Uh! – Me voltee. – Perdón.
– No pasa nada – dijo Soobin sosteniendo mi estómago. – Estoy acostumbrado a que la gente me choque, es como si fuera invisible o algo así.
– Hola, Beom – ah, Yeonjun... Hable con mi cabeza gacha. – ¿Ya no me notas?
– S-si lo hago, solo que... Soobin me distrajo, lo choque y...
– ¿Podemos hablar más tarde?
Tragué saliva. – Bueno, ¿cua-
– ¡¡Oye, Beomie!! – Ella ganó mi atención – ¡Ven a buscarme en el recreo! ¡Tengo algo que decirte!
– Ah...
– ¡Por favor, Beomie! – Saltó, casi como en un berrinche.
– ¡Está bien, padre! – Sonreí como tonto. Ella era tan linda cuando se comportaba así. Volví hacia ellos, pero mantenía mi mirada en Soobin, no podía mirar a Yeonjun a los ojos. – Debo ir a mi clase, nos vemos – apresuré mi paso.
Perdón, Yeonjun, perdón, pero me confundes.
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