27

211 27 22
                                    

– No se, Hee, creo que ahora no puedo hacerlo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

– No se, Hee, creo que ahora no puedo hacerlo.

– Ya les dije, no puedes retractarte.

– ¿Cómo de que no?

Me di la vuelta, pero el de nuevo me arrastro hacia el pasillo, enredando su brazo con el mío.
– Es el único horario y la única sala libre. Así que vas a venir.

Ah, Beomgyu, pensaste ser un genio, pero eres un idiota.

Entramos a la sala de computación y habían dos chicas sentadas, hablando.
Una hizo explotar el globo de su chicle cuando entre, la otra, traía puesto el uniforme de los chicos.

– ¿Este es el chico de los abs? – Dijo la del chicle.

– Te dije que si – respondió él.

– Ah, tiene cara de niño.

– Él puede ser muy rudo si se lo propone.

– ¿Entonces ya podemos besarlo? – Preguntó la otra.

– Si, claro.

¿Por qué parecía que Hee hablaba con ellas como si fuera mercancía?

– A ver, ven aquí – la del chicle caminó hacia mi, fue tan intimidante que di unos pasos hacia atrás. Se detuvo. – Awww, mira nada más, pero si solo eres un niño.

– ¡No lo soy!

– Entonces deja que te bese – volvió a acercarse y esta vez no me aleje. Colocó sus manos en mis hombros y me atrajo a ella.

No me gustó. Sus labios empujaron los míos con total brusquedad, y si no fuera porque los apreté en ese momento, creo que su lengua hubiera estado dentro de mi.

Definitivamente no eran los besos.

Nos apartamos.

– Bueno, ¿y? – Preguntó Heeseung.

Ella dio ligeros toques a sus labios para acomodar el labial. – Me gustan sus labios, son esponjosos – sonrió. – Aunque te pusiste difícil ahí, ¿eh? – Comentó en tono de broma.

– Lo siento, el beso no fue de mi agrado – estaba tan avergonzado.

– Está bien, que lo intente Mimi – al parecer le dio igual y se apartó. Entonces la chica del uniforme vino.

– Tu eres el pequeño que sigue a Jung Ui a todos lados, ¿no? – Dijo algo burlona. Cuando iba a contestar, puso sus manos en mis mejillas, abultando mi labio. – Eres adorable, ojalá alguien me siguiera así también.

– Pero-

Me besó.
Eso fue diferente, delicado y suave. Ella fue cuidadosa... Y me gustó.

Nos separamos.

– ¿Y? – Preguntó a centímetros de mi rostro, aún sujetándolo.

– Besas muy lindo...

Miró a su compañera. – Míralo, está todo rojo – rió sin burla. Me miró y soltó. – Ahora viene el pero.

NO TAN HETEROSEXUAL | YEONGYUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora