¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
– Bueno, ¿qué quieren hacer ahora?
– Mmm podemos ir a tu casa, Soobin – propuso ella.
– A la mía no, vamos a la de Yeonjun.
– No vamos a ir a mi casa.
– ¿Y por qué a tu casa no? – Preguntó Beomgyu curioso.
– Porque entonces tendríamos que encerrarnos en mi cuarto, y no los quiero en mi cuarto.
– ¿Cosas que ocultar, Junnie? – Jung Ui habló.
– SoyYeonjun, no me pongas apodos tontos a mi.
– Hey tranquilo, no le hables así – como era obvio, Beomgyu no pudo evitar defenderla.
– Bueno da igual, Yeonjun – se acercó a Beomgyu y tomó su mano. – Si no te gustaba la idea de reunirnos, hubieras dicho que no. Entonces nos vamos.
– Si eso quieres... – Beomgyu estaba cediendo, ¿qué parte de no darle lo que quiere no entendió?
Qué remedio.
Tomé su otra mano y lo atraje a mi lado.
– Jung Ui querida, si acepté fue por verlo a él y que él me viera, no por ti que te quede claro.
– Ja, mira, que le gustes a Beomgyu no significa que tienes derecho a acaparar toda su atención.
– Ay mi alma, ¿y qué se supone qué haces tú? ¿Por qué si te crees con el derecho de tenerla toda?
– ¡Él es mi mejor amigo!
– ¿Y si me convierto en su novio? ¿No crees que merecería más atención?
– Yeonjun... – pronunció Beomgyu entre dientes.
Jung Ui no lo veía, y creo que Beomgyu lo notaba, pero Soobin estaba aguantándose la risa detrás de ella todo este tiempo.
– Eso aún no pasa y él no me dejaría así tenga novio.
– No estés tan segura, ¿qué te preocupa en realidad? – Lleve a Beomgyu tras de mí y me puse frente a ella. Fui más fuerte y no le quedó de otra más que soltarlo. – ¿No actúas como si quisieras que te dé su atención siempre?
Sentí la mano de Beomgyu apretar mi brazo, si, él no estaba seguro de lo que yo hacía, pero sé de primera mano qué puntos presionar para que la gente reaccione.
– ¿A ti no te gustará Beomgyu, verdad?
– ¡Yeonjun!
– ¡¿Qué cosa dices?! ¡Beomgyu es como un hermano para mi!
– Pero él no es tu hermano.
Ella miró tras mi espalda hacia Choi, estaba asustada por mis palabras.
– Estas siendo un idiota, Yeonjun.
– La idiota eres tú si no sabes qué es lo que sientes en verdad por él.
– ¡Al diablo! – Me empujó. – ¡No me voy a quedar aquí y escucharte decir estupideces! – Se dio la vuelta y empujó a Soobin por el hombro.
– ¡Jung Ui, espera! – Beomgyu quiso correr hacia ella pero sostuve su brazo. – ¿Qué haces? ¡Suéltame!
– Si la sigues, le darás lo que quiere y no tendrá tiempo de pensar en lo que dije. Tú no ibas a hacer esta parte, entonces yo la hice.
– ¿Qué parte?
– El enfrentamiento – respondió Soobin. – Aunque eso se hace ya mucho más adelante, pero Yeonjun se adelantó.
– ¿Ustedes no acaban como de arruinarlo todo?
Puse mi mano en su hombro. – No desesperes Beom, a ella no le quedará más que pensar qué siente realmente por ti.
– ¿Y si resulta que llega a la conclusión de que no siente lo mismo que yo?
– Entonces decidirás si seguir enganchado en ese amor imposible o te le declaras igual – respondió Soobin.
– Como sea Beom, debes dejarla pensar. Es lo que digo.
Beomgyu se tensó al sentir el brazo de Soobin por encima de sus hombros. – Debes dejar que sea ella la que te busque.
– Con todo respeto, no sé si creerles mucho porque no veo que alguno de ustedes tenga novia. O novio.
– Pero ninguno de nosotros se enamoró de un amigo cercano, las cosas deben ser distintas.
– Mira, a ti prefiero no oírte, después de todo, si Yewon aceptó salir contigo a una cita, fue mediante el chantaje.
Soobin lo sujetó y le dio un coscorrón. – Ay ay ya ¡hey! – lo soltó.
– No olvides que soy tu hyung, mocoso.
– Ya, no empiecen. Ahora que estás libre, ¿qué dices si vamos a mi casa?
Rodó los ojos y se alzó de hombros. – Está bien, necesito distraerme un poco.
Señalé hacia delante y caminó.
Quisé seguirlo pero Soobin sujetó mi brazo. – Creí que no querías llevar a nadie a tu casa, a mi a penas me llevas.
Era cierto, ¿por qué acabo de...?
– ¿Yeonjun? – Beomgyu alzó sus brazos un poco a sus costados, preguntándome indirectamente qué esperaba.
– Si, ya voy – miré a Soobin. – ¿No es un chico muy bonito? – Me solté y troté un poco para alcanzarlo.
No vi la reacción de Soobin pero estaba muy seguro de que recibiría un regaño más adelante.