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– Anda, Beomgyu, ya estuviste con él, ahora es mi turno

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– Anda, Beomgyu, ya estuviste con él, ahora es mi turno. Duerme conmigo, sabes que no puedo dormir solo. No traje a mi peluche de un metro porque no sabía que iba a quedarme, anda, ya déjalo, ven conmigo-

– ¡Heeseung, la puta madre! – Yeonjun me soltó, y se sentó en la cama, lanzándole su propia almohada –. Tenemos clase mañana, ¿te puedes dormir de una vez?

– ¿No oíste que no puedo? – preguntó con burla, y abrazó esa almohada.

– ¿Como no voy a oírte si no paras de hablar desde que nos acostamos?

– ¿Entonces para qué preguntas?

– Osito, ¿puedo asesinarlo? Te juro que te consigo un nuevo amigo.

Sonreí algo cansado y negué. Me asomé al borde para mirar a Heeseung que se acostaba en un colchón pegado a la cama. – Hee, lamento que no pudieras traer a tu peluche, pero en serio tienes que intentar dormir.

– No puedo – puchereó aferrándose a la almohada.

– Ni mi hermano de siete años, por Dios  – murmuró Yeonjun.

Volteé a mirarlo con algo de reproche. – Si sigues fastidiado, voy a terminar contigo – él alzó las cejas y se mostró sorprendido –. Hee, ¿está bien si me quedo contigo solo hasta que te duermas?

Asintió con rapidez. – Juro que no molestare después de eso, lo juro.

– Bien – me destape y Yeonjun sujetó mi muñeca –. Yeon... – dije algo cansado. Pues esto no era solo un capricho de Heeseung, a él realmente le costaba dormir solo.

– No me digas algo así – susurró bajito.

– ¿Eh?

– Que me vas a dejar, por favor, no lo digas...

Auch.

Me acerqué y dejé un pequeño beso en sus labios. – No lo decía en serio, zorrito. No te voy a dejar, ¿okey?
Pero dormiré contigo las siguientes noches, lo prometo.

– Perdón, pero no quiero. Quiero dormir contigo.

– Beomie – Heeseung habló desde atrás.

Alcé mi cabeza y suspiré. – Bueno, tengo una idea.

Mi cuarto no es muy grande, pero pude correr la mesita hacia el escritorio, y hacer lugar para mover la cama.
Pusimos el colchón de Heeseung un poco más hacia la pared, y uni el nuestro a su lado.

Ninguno de los dos estaba siendo malo, simplemente me querían a su lado por razones distintas.

Así que, para cuando volví a abrir los ojos, tenía a Heeseung abrazándome por la espalda, y a Yeonjun cara a cara, entrelazando una de nuestras manos.

Su respiración daba contra mi rostro y se sentía cálido. Necesito decirle a mamá lo mucho que lo amo.

Sonreí cuando en sueños apretó más mi mano. La llevé a mis labios y dejé un beso ahí.

NO TAN HETEROSEXUAL | YEONGYUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora