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– ¿Y de dónde conoces al chaperón?

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– ¿Y de dónde conoces al chaperón?

– ¿A quién? Ah, tráeme papas también – saqué el dinero y lo dejé sobre nuestro escritorio.

– El chaperón, el chico que siempre está tras Jung Ui, ese que dijo que le gustabas. A decir verdad, nunca sospeché que fuera gay, es más, creía que le tenía ganas a nuestra compañera.

– Yo no lo conozco. O mejor tráeme doritos, pero con sabor picante, ese está bueno. Rápido, se acaba el receso.

Él tomó mi dinero pero se inclinó más sobre mi. – Y si no lo conoces, ¿por qué se te confesó?

– Ahí cuando lo veas, le preguntas a él – sonreí. – ¿Vas por mi comida o prefieres quedarte hablando de lo increíble que es que la gente se enamore de mi con tan solo verme? – sus ojos ya no estaban en mi, miraba hacia la salida. – ¿Qué? – miré también.

– Ya que lo veo, le voy a preguntar – sonrió, levantándose y yendo hacia el chico castaño que estaba frente a nuestra puerta.

Se le veía nervioso, más aún cuando Soobin llegó donde estaba.

– Hola – saludó y dio un vistazo rápido hacia mi. – ¿Puedo pasar para hablar con Yeonjun?

– Claro, pasa – mi amigo se volvió y el muchacho entró. Caminó para donde yo estaba, pero no dejó de ver detrás suyo. Al parecer, Soobin le causaba desconfianza. – Soy Soobin, por cierto.

Él asintió y directamente se dirigió hacia mi – ¿Puedo hablar contigo?

– Si, puedes sentarte – señalé el lugar vacío a mi lado.

– ¿Tu tienes nombre o tenemos que adivinarlo? – Soobin seguía hablando sin notar que el chico intentaba ignorarlo.

Él se sentó – ¿Podemos hablar a solas...? – su pedido me sorprendió y lo demostré con mi rostro. ¿Acaso era verdad que yo le gustaba?

Miré a Soobin – él ya debe irse, así que quedaremos a solas.

Soobin bufó fastidiado, sabiéndose de más – okey, pero no se vayan a besar en el salón. – Dijo, saliendo de este.

Volví mi vista al castaño, rápidamente se hizo un poco hacia atrás y agitó sus manos. – No, no. Oye, de eso quiero hablar, de lo de esta mañana.

Con mi codo en la mesa, sostuve mi cabeza con la mano, para mirarlo con una sonrisa ladeada. No, este chico no gustaba de mi, ni siquiera veía signos de enamoramiento ni nada.

NO TAN HETEROSEXUAL | YEONGYUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora