Camila sintió cómo Lauren dejaba un suave y húmedo beso en su hombro descubierto mientras ambas observaban a la feliz pareja bailar. Damon, el bajista de la banda acababa de casarse y toda la familia Jauregui estaba presente en la boda junto a otros cientos de personas. El acontecimiento estaba celebrándose en un enorme jardín de pequeñas colinas verdes decorado al natural por un sin fin de flores de distintos tipos y colores. Había luces colgando entre los árboles y los faros. Las mesas redondas perfectamente decoradas estaban distribuidas estratégicamente por el vegetativo espacio y en medio de ellas se encontraba la pista de baile en donde los recién casados se movían lentamente sin dejar de verse a los ojos al ritmo de The Way Your Look Tonight.
-Creo que estoy a punto de llorar.- Murmuró la castaña viendo a la pareja con ojos aguados.
Lauren se inclinó un poco hacia adelante para detallar su expresión y confirmar así si lo que había dicho era cierto y terminó riendo por lo bajo al notar que era verdad.
-¿Qué dices si nosotras celebramos algo como esto? .- Propuso.
-Ya estamos casadas ¿Recuerdas? .- Camila señaló el anillo en su dedo anular.
-Sabes a lo que me refiero.- Dijo Lauren rodando los ojos- ¿Quieres todo esto? .- Preguntó otra vez.
-No me había puesto a pensarlo.- Confesó frunciendo ligeramente el ceño mientras analizaba la idea en su cabeza- ¿Sería tan ostentosa cómo esta?
-Sería tal y como tú la quisieras.- Respondió su esposa- No tenemos que decidir nada ahora, solo fue una idea.
-Me gusta la idea.- Camila dijo de inmediato al percatarse de la inseguridad en la voz de la pelinegra.
Lauren sonrió otra vez y se inclinó para besarla rápido en los labios justo antes de que todo el lugar estallase en aplausos una vez que la canción terminó. Fue el turno del padre de la novia de hacer un brindis desde el escenario así que todos guardaron silencio y escucharon entre carcajadas las divertidas palabras del suegro de Damon.
-¿Estás bebiendo? .- Leví se giró de inmediato hacia la persona dueña de la voz que lo acusaba.
Camila estaba viéndolo a unos pasos de la barra de aquel bar en la terraza del jardín con preocupación invadiendo su rostro. Notó cómo la expresión de la castaña estaba lista para transformarse en una de reproche en cuanto él le diera una respuesta y casi se largó a reír.
-Es solo soda y unas rodajas de limón, puedes relajarte.- Dijo alzando su vaso en el aire y volviendo a ver al frente dándole un trago a su fría bebida.
-¿No te gustan las bodas? .- Preguntó Camila acercándose y quedándose de pie junto a él.
El castaño fue consciente del calor que se formó entre sus brazos a centímetros de tocarse y se irguió un poco incómodo por lo consciente que estaba del ligero roce de sus extremidades. Se apartó un poco hacia el costado tratando de parecer casual para que Camila no lo notase.
-¿Por qué lo dices?
-Llevas aquí solo toda la velada.- Señaló la morena.
-Creí que a estas alturas habrías notado que me gusta bastante tener mi espacio personal.-Respondió.
-Eso, o estás tratando de hacerte el misterioso para atraer la atención de las mujeres presentes.- Ella bromeó.
Sonriendo de medio lado y jugueteando con los hielo en su vaso, Leví bajo la mirada y negó. Ya había perdido la cuenta de a cuántas chicas había ignorado aquella noche.
-Escuché que vas a cantar.
-Sí.- Él asintió- Damon es un buen amigo y Jilian es una gran fan así que él me lo pidió y yo acepté. Es algo así como mi regalo de bodas.- Se encogió de hombros.
