Lauren estaba muy concentrada leyendo las instrucciones de cómo armar aquella cuna que había comprado hace unos días atrás, pero las piezas parecían estar empeñadas en jugarle una mala pasada y ella ya comenzaba a frustrarse. La habitación ya estaba tomando forma, solo faltaba acomodar un par de cosas. La pelinegra había dejado lo mejor para el final y ahora batallaba para conseguir armar la pieza más importante en todo el cuarto. Le dió un sorbo a su café y comprobó la hora en su móvil. Era casi media noche y ella había estado tan concentrada que hasta se olvidó de cenar. Eso explicaba porque su estómago comenzó a gruñir en protesta.
-No sabía si creerle o no a Dinah, así que decidí venir a verlo con mis propios ojos.
-¡Jesús, abuela!
Lauren se quejó luego de dar un brinco al escuchar a Shelby hablar golpeándose la cabeza con una de las partes de la cuna. Pasando un mano por el área de su cabeza afectada y con una mueca de dolor en el rostro, se giró para ver a Shelby entrar en el cuarto.
-Tu seguridad es una basura. Deberías tenerlo en cuenta debido a tu fama.- Comentó dejando su bolsa en un cómodo sillón que había ubicado en una de las esquinas de la habitación.
La cantante se encogió de hombros y se puso de pie acercándose a su abuela para saludarla con un beso en la mejilla y un ligero abrazo. En cuanto los brazos de Shelby la rodearon se sintió reconfortada y disfrutó del sencillo gesto.
-Sabía que solo era cuestión de tiempo para que recapacitaras.- Dijo cuando se separaron.
Lauren suspiró y asintió.
-Desearía no haberme tardado tanto.- Respondió con una mueca- Me he perdido más la mitad del embarazo y Camila no quiere hablar sobre nosotras.- Se lamentó.
-Todo se solucionará. Ya verás.
-¿Cómo estás tan segura? Lo más sensato es que Camila no decida perdonarme. No me lo merezco.
-No digas eso.- Shelby le reprendió de inmediato- Eres humana y cometemos errores. Ella te ama tanto como tu la amas a ella, solo está herida y necesita tiempo para sanar antes de poder retomar su relación.
-Lo sé, pero estoy asustada. Me siento enferma con tan solo pensar en perderla para siempre.- Negó con la cabeza frente a la idea- No podría soportarlo.
-Eso no va a pasar.- Habló tajante- Ustedes volverán a estar juntas, es donde pertenecen y van a formar una maravillosa familia.
La ojiverde sonrió frente a la idea. No podía esperar.
-Es una niña.- Dijo con los ojos brillando de emoción.
-Me enteré.- Shelby asintió igual de encantada- Camila nos mantiene al tanto a tu hermana y a mí. Incluso tu padre le ha llamado un par de veces. Está muy emocionado con la idea de ser abuelo por partida doble, Jonah lo tiene envuelto en su meñique.- Lauren rió.
Podía imaginarse a la perfección cómo sería Billie Jauregui con su hija y la idea le encantaba y le aterraba a partes iguales. Su padre era un buen hombre y de seguro sería un abuelo excepcional como lo estaba siendo con Jonah hasta ahora, pero sus ocurrencias y alma de niño muchas veces no tenían límites y eso le asustaba un poco.
-¿Vas a invitarme un trago? Te vendría bien una pausa.- Dijo Shelby señalando el desastre de piezas esparcidas por el suelo de la habitación.
-Estoy bien con el café.- Le enseñó la taza.
-El trago es para mí, cariño. Yo si lo necesito.
Lauren negó divertida y siguió a su abuela fuera de la habitación. Su móvil se removió en el bolsillo de sus jeans a causa de una llamada entrante y se detuvo en mitad de la escalera para atender. Se alarmó cuando vio que se trataba de Normani y atendió de inmediato.