Lauren sintió su piel erizarse a causa de la fría brisa que corría aquella mañana. Un cosquilleo le recorría los pies descalzos a causa de la arena que los cubría y sus brazos reposaban sobre lo alto de sus rodillas flexionadas mientras miraba al frente. No sabía cuánto tiempo llevaba en la playa. Se había detenido a contemplar el amanecer luego de salir a correr en un intento de despejar su mente. Habían pasado dos meses desde lo ocurrido con Leví en la boda de Damon. Camila y ella se mudaron de regreso a la casa en la playa unos días después y desde entonces Lauren había estado evitando a toda costa a su hermano, lo que resultaba difícil de hacer cuando trabajaban juntos.
Se sacudió la arena antes de entrar en la casa y una vez en el interior se dirigió a la cocina para servir algo de café recién hecho en una taza y beberlo con calma Los primeros rayos de sol ya se filtraban a través de todas las ventanas y ventanales de la casa iluminando el interior. Se sobresaltó ligeramente cuando sintió una mano tocar su brazo y al girar la cabeza se encontró con Camila a su lado viéndola con una sonrisa.
-Tranquila, solo soy yo.- Dijo un tanto divertida- Te llamé dos veces, pero no me escuchaste.- Murmuró un poco preocupada.
-Estaba distraída, eso es todo.- Respondió ella restándole importancia antes de saludarla con un beso.
Camila siguió viéndola durante unos segundos y Lauren sabía en qué estaba pensando. No la había oído. Hasta hace un par de semanas atrás, Lauren casi se había olvidado de su enfermedad auditiva, era como si nunca la hubiesen diagnosticado. Pero hace unos días había comenzado a tener problemas de audición otra vez. El dolor era difuso, pero constante, los zumbidos eran más intensos, perdía el equilibrio de vez en cuando y le costaba trabajo escuchar con claridad. Esto último era lo que más le preocupaba.
-Tengo que reunirme con el equipo para trabajar en ideas nuevas.- Dijo antes de darle un mordisco a su tostada- ¿Quieres venir?
-Me encantaría, pero Dinah y Shelby vendrán para almorzar.
-¿Sabes? Desde que nos mudamos ellas pasan demasiado tiempo aquí.-Comentó- Tal vez deberíamos establecer horarios para las visitas.- Bromeó.
-¡Lauren! .- Exclamó Camila sin poder evitar reír- No puedes prohibirle a tu familia visitarnos.- La sola idea le parecía ridícula- Además, me gusta pasar tiempo con ellas.- Se encogió de hombros.
-¿Prefieres su compañía en lugar de la mía? .- Preguntó Lauren con los ojos entrecerrados de forma acusadora.
-Puede ser.- Respondió divertida.
-Ouch.- La ojiverde fingió estar herida- ¿Divorcio? .- Sugirió de pronto sacándole otra carcajada a su esposa.
La castaña dejó su lugar y se acercó a la cantante. Lauren la recibió sonriente abrazándola por la cintura y dejándole un lugar entre sus piernas antes de besarla. Camila amaba la rutina que ambas llevaban desde que habían comenzado a vivir juntas. Tenía que admitir que a veces extrañaba el caótico ambiente que había en casa de los Jauregui, pero sabía que la mudanza había sido lo mejor luego de todo lo ocurrido con Leví. No lo había vuelto a ver desde esa noche en la boda y a decir verdad lo extrañaba. Se habían vuelto cercanos convirtiéndose en buenos amigos en poco tiempo, pero Camila era consciente de que por lo pronto lo mejor era guardar distancia.
-Jesús Camila deja algo para el resto ¿Quieres? .- Dinah bromeó respecto a la ansiosa forma en que la castaña estaba comiendo.
-Lo siento.- La morena se disculpó un tanto avergonzada.
-¿Siempre tienes este apetito o sólo amas la comida china? .- Shelby preguntó alzando las cejas.
-No sé qué está mal conmigo, pero últimamente mi apetito es insaciable y bastante extraño.- Arrugó la nariz al pensar en ello.