Lauren cerró los ojos y siguió cantando al tiempo en que trataba de ignorar el malestar que había comenzado a sentir minutos atrás, pero no dio resultado. El mareo la dejó sin aliento y tuvo que obligarse a parar sosteniéndose del pedestal de su micrófono mientras luchaba por dejar de sentir aquel zumbido en su oído. Leví lo notó y le indicó al resto que dejaran de tocar antes de acercarse a su hermana.
-¿Estás bien? .- Preguntó.
-Sí.- Ella respondió respirando profundo- Solo necesito unos minutos y un poco de agua.
-Lauren, si te sientes mal podemos...- Leví fue interrumpido por su hermana a media oración.
-No.- Lauren negó con la cabeza- No podemos seguir aplazando las fechas. Lo haremos ahora, me lo tomaré con calma y todo estará bien.
-No sé si sea una buena idea.- Dijo el castaño con una mueca.
-Estaré bien.- La ojiverde insistió- 5 minutos y retomamos ¿De acuerdo?
El resto de los presentes sólo asintieron mientras Lauren se alejaba para buscar una botella de agua bajo la atenta y preocupada mirada de su hermano. Lauren no podía culpar a Leví si no creía en sus propias palabras, pues ni ella estaba segura de si seguir adelante con las últimas fechas del tour era una buena idea. Lo que sí sabía es que no podían seguir posponiéndolas. Los fans no estaban nada contentos y la prensa comenzaba a especular acerca de su continuidad sobre los escenarios. Se negaba a ser la comidilla de los medios a esas alturas de su carrera así que se esforzaría por mantener a todo el mundo contento.
Realizaron 3 de los 10 shows pendientes y luego volvieron a casa para tomarse un descanso antes de terminar con las fechas restantes. Esas fueron las condiciones que Chandler impuso para permitir que Lauren siguiera adelante con el tour en su estado. Camila por supuesto estuvo totalmente de acuerdo por dos simples razones, odiaba tener a su esposa lejos de casa mucho tiempo seguido y estaba preocupada por su salud.
Apenas abrió la puerta del estudio dispuesta a ir hasta la cocina para conseguir un poco de té, un par de pequeños torbellinos pasaron corriendo y gritando por el pasillo casi derribándola.
-¡Niñas, por favor, no corran dentro de la casa! ¡Se lastimarán! .- Gritó a sus espaldas, pero ellas ya habían desaparecido de su vista ignorando por completo sus palabras.
-Tenemos que reducir la porción de comidas azucaradas.- Comentó Lauren divertida al verla entrar en la cocina.
La artista estaba sentada en un taburete y bebía una taza de café mientras revisaba unas cuantas cosas en su iPad. Camila rió frente a su comentario y le dejó un beso en la mejilla al pasar por su lado antes de preparar su té. Se escucharon otro par de gritos y cerró los ojos con fuerza. Estaba cansada. Últimamente las gemelas estaban dando demasiado trabajo liberando toda la energía que caracteriza a los niños de cinco años.
-Siento que voy a volverme loca.- Confesó.
-¿Quieres que tengamos otro? .- Fue lo que Lauren respondió distraídamente sin apartar los ojos del iPad.
-No estoy de humor para ese tipo de bromas, cielo.- Dijo Camila mirándola con incredulidad- ¿Hablas en serio? .- Preguntó al ver la expresión en el rostro de su esposa.
-Sí, ¿Por qué no? .- Se encogió de hombros- Las niñas están creciendo demasiado rápido. Olvidé la última vez que Presley no se quejó por recibir un abrazo de mi parte y Cyrus está bastante sumergida en su mundo.
-Sí, pero creo que con Cali y Marley tenemos las manos bastante ocupadas.- Argumentó.
-Eso no será así por mucho más tiempo.- Dijo Lauren- Solo piénsalo ¿De acuerdo?. Me gustaría esta vez por fin tener un niño, pero es tu cuerpo y por ende tu decisión.