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El cuarto era un completo desastre. La cama estaba deshecha, había prendas sucias y un montón de botellas repartidas por toda la extensión visible del piso de la habitación. Y abatida, sentada al borde de la cama, yacía Lauren. Tenía un aspecto demacrado, los magullones de la pelea en aquel bar estaban frescos porque había decidido ir a por otro round esta vez enfrentándose a una de las paredes del cuarto, y sus ojos verdes se encontraban inyectados en sangre. Necesitaba a Camila cerca con urgencia o terminaría acabando poco a poco con su miserable vida. Las vagas imágenes de la última vez en que la había visto regresaron a su mente otra vez atormentándola. El rostro de la chica a la que amaba lleno de dolor y empapado en lágrimas todo por su culpa. Lauren dejó escapar un grito desde lo más profundo de su desgarrada garganta y se puso de pie para lanzar contra las paredes todo lo que tuviese al alcance de sus temblorosas manos.
El sonido sordo de los objetos estrellándose contra la pared alertó a Dinah quien dejó su propio cuarto en cuestión de segundos y corrió para ver qué sucedía. Cuando abrió la puerta vio cómo un portarretratos volaba hasta dar con la pared a su derecha justo junto al televisor de la habitación.
-¡Lauren, detente!.- Exclamó escandalizada pero la artista no estaba dispuesta a escuchar y continuó derrumbando cosas.
-¡¿Qué mierda está pasando?! ¡¿Es que se ha vuelto loca?!.- Leví gruñó acercándose a la menor de sus hermanas- ¡Joder, detente!.- Dijo cuando Lauren derribó la librería que había en el interior de la habitación causando un gran estruendo.
-¡Lauren ya basta!.- La rubia gritó otra vez pero la ojiverde solo podía ver rojo mientras sentía la ira recorrer sus venas.
-¡Estás jodidamente desquiciada!.- Con dos grandes zancadas, Leví se acercó a ella y casi fue golpeado por una silla que voló al otro lado del cuarto para convertirse en astillas- ¡Eres una mierda!.- La tomó por los hombros con fuerza sobrehumana tratando de contenerla.
-¡Aléjate de mí!
Lauren lo empujó hacia atrás y lo golpeó. Un crujido se oyó, pero ella no supo identificar si había sido la nariz de él o su mano rompiéndose. Leví gruñó y devolvió el golpe en cuestión de segundos derribándola gracias a lo ebria que se encontraba.
La pelinegra se levantó con algo de dificultad dispuesta a arremeter contra su hermano otra vez, pero entonces sintió cómo una mano se posaba en su antebrazo y dejaba un ligero apretón.-¡Por favor, por favor, ya basta!
-¡No te metas!.- Con un brusco movimiento, alejó a Dinah quien terminó cayendo al suelo. En cuanto Lauren notó lo que había hecho se detuvo, toda la molestia y ebriedad fue reemplazada por culpa y preocupación- Mierda, ¿Dinah estás bien?
-Joder.- La rubia gimió de dolor al levantar una de sus manos del suelo viendo que un trozo de cristal se había incrustado fugazmente en la palma.
-Dinah.- Leví se le acercó y quitándose la camiseta que vestía envolvió la mano ya ensangrentada de la chica.
-DJ, yo......
-No te le acerques. Ya hiciste suficiente.- Gruñó el pelinegro entre dientes mientras ayudaba a la rubia a levantarse del suelo- No sé porqué aún no la has buscado. Es claro que sin ella sigues hundiéndote en tu propia mierda.
Luego de eso, Lauren se quedó otra vez sola en el cuarto totalmente destruído. Dio un paso al frente sintiendo los cristales crujir bajo sus botas de negras y se inclinó para tomar la fotografía de entre los restos de lo que había sido un portarretratos hasta hace unos cuantos minutos atrás. Camila sonreía tan ampliamente mientras era rodeada por sus brazos que parecía estar iluminando la habitación aún cuando no se encontraba realmente allí. Dos meses. Ese era el tiempo que había transcurrido desde la última vez que había visto a la castaña de ojos marrones. La había lastimado. Una vez se juró así misma que jamás se perdonaría el lastimarla y lo había hecho sin pensárselo dos veces. No la merecía. Ni a ella ni a ese niño. De seguro estarían ambos mucho mejor lejos de ella, apartados de toda su mierda compulsiva, pero era demasiado egoísta para dejarlo así. Tenía que buscarla y pedir perdón.