Presley tambaleó un poco mientras caminaba sobre la arena hacia el círculo de personas que ya se encontraban reunidas alrededor de una fogata cerca de la orilla del mar. Sintió que su estómago daba un vuelco cuando vió a Miles riendo junto a sus amigos sosteniendo su guitarra sobre su regazo. Priscila tiró de su mano obligándola a apresurarse y no tardaron en unirse al grupo. Cuando todos estuvieron presentes, Gio, la presidenta de la agrupación, comenzó a hablar sobre una campaña para mantener las playas libres de plástico y una protesta que estaban organizando en relación al maltrato animal. A Presley le costó trabajo concentrarse en lo que estaban discutiendo, pues su mejor amiga no había encontrado una idea mejor que tomar asiento entre Miles y uno de sus amigos.
Se ponía nerviosa cada que la rodilla de Miles rozaba la suya o cada vez que él la miraba de reojo y contenía una sonrisa. Cuando los temas importantes a discutir se acabaron, comenzaron a repartir algunas cervezas y Miles se dispuso a tocar unas cuantas canciones.
-¿No bebes? .- Miles le preguntó cuando la vio rechazar la botella que un chico de cabeza rapada le había tendido.
-No.- Respondió.
-¿Porque no te gusta hacerlo o porque nunca lo has hecho antes? .- Preguntó dándole un sorbo a su propia cerveza.
Presley tomó aquello como una invitación a probar algo nuevo y en un acto de valentía estiró su mano y le arrebató la cerveza de las manos para darle un trago. No sabía tan mal como esperaba.
-No está mal, pero creo que prefiero un refresco.- Dijo haciéndolo reír.
-¡Miren al par de tortolitos! .- Priscila exclamó mientras los filmaba con su móvil.
En ese momento Presley estaba demasiado hipnotizada con Miles como para darse cuenta de lo que su amiga estaba haciendo. Más tarde se arrepentiría por no prestar atención.
Después de cenar, las noches se volvían algo caóticas en la casa Jauregui. Las niñas jamás tenían ánimos de dormir a no ser que estuvieran demasiado cansadas como para seguir batallando. Camila siempre tenía que perseguirlas un poco antes de poder darles un baño. Mientras tanto Lauren se encargaba de limpiar la cocina y luego subía para ayudar a su esposa a poner a las gemelas en la cama.
-¿Estás cómoda? .- Lauren le preguntó a su hija en lenguaje de señas al mismo tiempo en que hablaba.
-Sí.- Respondió Marley sonriendo.
-Buenas noches peque.- La ojiverde besó su frente y luego hizo lo mismo con Cali antes de abandonar la habitación.
Camila de seguro ya estaría en la cama. Caminó por el pasillo y se detuvo en la habitación de Cyrus. La puerta estaba entreabierta, su hija estaba en la cama acostada sobre su estómago mientras veía algo en su teléfono. Lauren decidió que sería divertido darle un susto y reírse un poco antes de irse a dormir y entonces decidió entrar siendo cautelosa. Cuando estaba por asustarla, escuchó la voz de Presley y frunció el ceño espiando por sobre el hombro de Cyrus. Sus ojos dieron con la imagen en la pantalla del móvil que su hija sostenía entre manos.
Consiguió identificar a la mayor de sus hijas en el video. Eso no era una pijamada.
-¿Esa es tu hermana? .- Preguntó.
Cyrus dio un salto en su lugar y se dio la vuelta con rapidez bloqueando el teléfono.
-Mamá, tienes que tocar.- Dijo sin responder a la pregunta.
-¿Era Presley?
La morena guardó silencio apretando los labios.
-Cyrus, ¿Era Presley si o no? .- Preguntó con aún más seriedad.