Camila terminó de doblar la diminuta ropa de bebé y la puso en dos pilas antes de devolverla a la cesta de plástico que había sobre la secadora en el cuarto de lavado. Lauren había insistido en que podía contratar personal que se encargara de las tareas domésticas, pero ella se había negado cada vez que la ojiverde lo sugería. Jamás había vivido con tales comodidades y no empezaría a hacerlo ahora. Quería ser ella quien hiciera todas esas cosas. Aún así accedió a tener a alguien que le ayudara con limpieza de la casa unos cuantos días a la semana, además de una niñera para Presley, a quien solo contactarían cuando fuera estrictamente necesario.
Dejó la pequeña lavandería de la casa y cruzó la cocina hacia las escaleras. Se detuvo justo antes de entrar en la habitación de su hija al escuchar la melodiosa voz de su esposa emanar desde el interior. Espió a través del espacio entre la puerta y el marco de esta y se encontró con la imagen de Lauren sentada en el sillón de la habitación con Presley en su regazo. Mientras la artista cantaba con suavidad, su hija le veía hacia arriba fascinada como si no quisiera perderse ni una sola parte de la canción.
-Te gusta eso ¿No? .- La pelinegra le preguntó divertida a la bebé quien balbuceó algo en respuesta- Veamos que piensas acerca de esta. Es nueva, la he escrito para ti así que tienes que ser sincera al respecto ¿Vale?
Camila rió para sus adentros al escuchar cómo su esposa le hablaba a la niña. Presley se veía cómo si hubiera entendido cada palabra de lo que su madre acababa de decir, y se quedó muy quieta cuando Lauren se dispuso a cantar otra vez.
-...you give me this feeling, that my love has no limit.- Lauren sonrió al notar que su hija le prestaba total atención- When I look in your eyes and they look just like mine.
La castaña sonrió enternecida y se apartó el cabello de los oídos para poder escuchar mejor.
-And there's nothing I won't do for you.- La ojiverde armonizó- Darling, you're my blood, you have heartbeat, you have my heartbeat, beating loud.
El corazón de Camila estaba a punto de estallar y las lágrimas ya se amontonaban en las esquinas de sus ojos marrones.
-And I'm waiting for you love to feel your heartbeat, and I'm aching to hold you now.
La cantante se detuvo y sonrió complacida mientras seguía observando con amor a la niña que tenía en sus brazos. Dios, cuanto la amaba. Y también amaba con locura a la mujer que estaba espiando tras la puerta.
-Puedes pasar, mi amor.- Dijo divertida desviando la mirada hacia a su mujer que parecía estar a punto de llorar.
-¿Cuánto escribiste eso? .- Camila preguntó emocionada dejando a un lado la cesta con ropa y caminando hacia ellas.
Lauren se puso de pie acomodando a Presley entre sus brazos. La niña de seis meses sonrió disfrutando de ver a su mamá otra vez después de haberse separado en la cocina luego de que le diera la papilla de verduras más sabrosa que había probado desde que había comenzado a comer hace dos semanas. Camila sonrió al verla estirar sus bracitos hacia ella pidiéndole así que le cargara.
-La termine apenas la semana pasada.- Explicó- ¿Te gustó?
-Es hermosa.- Respondió de inmediato abrazando a su hija con fuerza- Y a ella también, ¿Verdad cariño?
Presley hizo ruidos con la boca dejando caer un poco de saliva y a Lauren le pareció lo más adorable del mundo como cada otra cosa que la niña hacía. Y es que no podía evitarlo. Presley estaba creciendo demasiado rápido para el gusto de ambas y cada cosa nueva que la bebé les parecía extraordinaria.
Lauren se movió nerviosa de un lado a otro observando a través del cristal como Camila sostenía a Presley mientras la especialista dentro de la sala le realizaba la prueba de audición. Comenzaron a hacer pruebas desde su nacimiento. Con los antecedentes de Lauren, los doctores recomendaron hacer pruebas periódicas para detectar cualquier problema de audición a tiempo. Cada vez que veía a su hija entrar en esa sala para un nuevo estudio, el corazón de Lauren se apretaba dentro de su pecho al tiempo en que comenzaba a latir con fuerza. Temía que solo fuera cuestión de tiempo para que Presley mostrase señales de haber heredado su enfermedad.