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. . . . . . . . . 测验 Mon O8/O3/2O21
Maia repasaba la situación actual con un horrible desorden mental y con un ardor en su corazón.
Jay y Sunghoon histéricos gritándole a las enfermeras.
Sunoo llorando.
Ni-ki consolando a Sunoo.
Jungwon tratando de calmar a los mayores mientras estos se seguían quejando.
Y ella sin saber que hacer o decir por el shock.
Era la mayor en ese momento y estaba en un momento donde no sabía ni lo que era el significado de respirar correctamente.
— Es mi culpa — Tembló su voz al igual que su cuerpo, llamando la atención de Sunoo y Ni-ki, que la miraron con tristeza y ganas de abrazarla. Lástima que fue tarde.
Porque Maia se terminó desmayando en los brazos de Ni-ki. Agradecía profundamente el estirón del menor y su fuerza para poder sostenerla al momento en que iba a caer al suelo.
Un Sunoo sumamente preocupado y envuelto en lágrimas llamó la atención de sus hyungs, que rápidamente se acercaron a la mayor y se la quitaron de los brazos al japonés, siendo llevada por Jay a una camilla donde las enfermeras la lograron estabilizar al sentir su pulso bajar debido al pánico y el susto que había tenido horas antes.
El horrible susto que se dieron los seis al recibir una llamada del hospital informándoles que Heeseung y Jake habían sido encontrados inconscientes en un callejón llenos de sangre, suciedad y moretones.
¿Cómo llegamos a esto?
Retrocedamos unas cuantas horas atrás.
Seis horas antes
Ese lunes por la mañana Maia se levantó aturdida, y apenas recordó los acontecimientos de la noche anterior, sintió un ligero temblor en sus labios.
Había hecho un escándalo al ponerse a llorar como niña de cinco años en pleno live con 10,000 personas viéndola por un mensaje de texto de la novia de su ex.
Pero entonces recordó el mensaje y comenzó a llorar nuevamente.
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