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. . . . . . . . . 测验 Sun 28/O2/2O21
— El evento es mañana, así que necesitamos comprar algo ya — Comentó su novio mientras esperaba pacientemente a que la rubia saliera de la casa para irse al centro comercial.
— ¿En serio tengo que ir? — Preguntó con un puchero. Minho sonrió y tomó sus mejillas con suavidad para plantarle un suave beso en sus rosados labios llenos de gloss. Maia rió al separarse y con su pulgar esparció correctamente el gloss que estaba en los labios de su chico. Minho le tiró un beso y la hizo reír.
— Te invité porque no quiero que mi padre me obligue a estar con alguna de las ridículas hijas de sus comerciantes. Si voy solo, me buscará alguna acompañante con la que tendré que pasar el resto de la maldita noche. En cambio, si voy contigo, no tengo que preocuparme por nada porque estaré con mi chica — Comentó con una sonrisa, entrelazando sus manos para comenzar a caminar hacia el auto.
— Que conste que lo hago por ti, porque sé que tu padre me odia.
— Vamos, nena. Ni siquiera te conoce — Eso era peor, pero Maia no iba a decirle eso.
— Eso no ayuda, cielo.
Minho suspiró. — Lo sé. Te prometo que todo saldrá bien. Solo necesito que vea que estuve presente en su evento, no es necesario quedarse toda la noche. Con estar una hora es suficiente. Luego iremos a cenar y terminaremos la noche como tú prefieras.
— En mi cama sin ropa suena bien — Minho rió y asintió a su idea. Cuando llegaron al auto, como el caballero que es, Minho le abrió la puerta a su novia y la dejó pasar, para luego rodear el auto y subirse en el asiento del conductor.
— ¿Tienes alguna idea de qué llevaremos? — Preguntó en lo que encendía el auto y daba marcha. Maia asintió.
— Dices que la temática es blanco y negro, así que pensaba en ir combinados. Tú con ropa negra y accesorios blancos, y yo con ropa blanca y accesorios negros. No es nada extravagante ni sencillo — Minho sonrió en su dirección y asintió tomando su mano y entrelazando sus dedos.
— Lo que digas está bien, cielo — Murmuró viéndola por unos segundos.
Maia asintió y luego ninguno de los dos volvió a hablar en todo el viaje, ya que se dedicaron a escuchar la música que salía por la radio del auto.
Cuando llegaron al centro comercial, comenzaron a ver entre los escaparates de las tiendas a ver si encontraban algo que les gustara a simple vista, hasta que Maia se detuvo en una tienda donde vio un hermoso vestido blanco que le encantó tanto al punto de que su novio notó un leve brillo salir de sus ojos cafés.