CAPITULO NUEVE

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A la mañana siguiente Nazareth despertaba viéndose al espejo mientras Saraí peinaba su cabello, su mirada se veía sin vida y con pocos ánimos. Saraí quería preguntar qué había pasado ya que ella se había ido a dormir temprano por qué Nazareth se lo ordenó pero un día antes estaba feliz y radiante y ahora no sonreía ni decía algo.

—Nazareth ¿Pasó algo a noche?—Ella solo la miro por el espejo y bajo la mirada.

—Pues... creo que la vida de casado no era lo que esperaba.—Sonrio sin ganas.

—¿Por que lo dices?

Saraí paró de peinarla y se puso en frente de ella, Nazareth miraba hacia abajo y sus lagrimas salían de nuevo.—El... el dijo que estaba enamorado de alguien más Sarai y que no le servía de nada para ocupar ese lugar en su vida.

Saraí escuchaba y se daba cuenta que estaba pasando lo mismo qué pasó con las otras mujeres que habían estado en ese mismo lugar, Taiju sería un buen esposo pero solo para una persona que había estado ahí hace muchos años.—Nazareth, tranquila. El siempre ha sido así y créeme que las cosas mejorarán con el tiempo.

—Saraí, por Dios. Estás hablando de mi esposo, un hombre frío que no le importa nada de mi o de las otras mujeres que estuvieron en esta misma habitación.

—Nazareth...

—Lo se desde hace mucho Saraí, yo hacía los vestidos de novia de todas ellas, vi las fotos de las bodas y las veces que Yazuha viajaba para las bodas. Pensé qué tal vez me querría un poco.

—Nazareth, mírame.—Agarro sus manos y le dio un pañuelo.—Recuerda el contrato que hicieron y odio admitirlo pero si, todas las mujeres que se han casado con el se fueron por la misma razón, Taiju no quiere mantenerlas aquí encerradas esperando algo más de él y por esa razón se divorcia de ellas.

—Entonces por que... por qué no se casa con la persona que realmente ama.

—Por que ella se fugó, se fue antes de su boda y el Señor Taiju sufrió mucho que se volvió muy frío. Antes era una persona muy buena que sus hermanos vivían con el pero después de eso hubieron discusiones hasta el punto que sus hermanos no volvieron a esta casa. Nazareth, tienes que decidir si quieres seguir con este matrimonio o seguir esperando algo más. El ya te dio por decidir así que te aconsejo que tomes la mejor decisión para ti.

Nazareth secaba sus lágrimas y asentía con la cabeza, Saraí le había contado algo de lo que poco sabía y sabía que debía decidir, pero primero tendría que hablar a Yazuha y poder pedirle reunirse para así irse y divorciarse.

Había terminado de alistarse y se miró por última vez en el espejo, salió de su habitación y camino por el pasillo tratando de bajar el nudo en su garganta, al llegar a los escalones se escuchaban murmullos en la parte baja y poco a poco baja las escaleras para no llamar la atención.

—Quiero que decoren las flores la casa, hagan que mi esposa se sienta feliz y habrán las ventanas para que entre la luz.—Taiju estaba hablando con los empleados.—Saraí necesito que estes al pendiente de ella y lo que necesite.

—Claro señor.

Nazareth escuchaba atrás de la puerta y respiro hondo para después entrar para que todos la vieran.—Hola, buenos días a todos.—Sonrio.

Todos los empleado saludaron y Taiju volteó a verla Nazareth apretó con sus manos la tela de su vestido y respiró. Hasta que Taiju se acercó y le dio un beso en la frente Nazareth se sorprendió y miró a Taiju.—Buenos días, espero que hayas descansado.

—Si, eso creo.—Sonrio un poco.

Taiju notó su actitud de Nazareth que recordó lo que dijo la noche anterior después de una cena que ella le había echo, Taiju se sentía apenado y eso era extraño ya que el con sus otras esposas era indiferente al igual que ellas que se entretenían con salidas de compras y viajes, Taiju llegaba y dormía solo después del trabajo ya que con las que se había casado en ese momento estaba de viaje pero Nazareth era diferente, ella esperaba a Taiju en casa y lo recibía aunque sea quitándoles la chaqueta y preguntándole cómo fue su día, Taiju no pensaba que lo recibirían así por una de ellas, esperaba que el amor de su vida lo recibiera así pero no, fue Nazareth que dio el primer paso.

—Vamos a desayunar, hoy tendré que irme a una junta y llegaré tarde.—Taiju agarro la mano de Nazareth para llevarle a la mesa y concederle su asiento.

—Gracias y está bien, quieres que...—Nazareth detuvo sus palabras después de recordar lo qué pasó ayer.

—¿Quiero que? ¿Pasa algo?

—Bueno, recordé que yo no puedo meterme en cosas que no me corresponden y menos cuando alguien más lo tiene ganado ¿Cierto?—Nazareth jugo con un pedazo de melón de su delicioso cóctel de frutas.

Taiju miró a Nazareth que seguía con la misma expresión.—Perdóname, yo... se que debí darte tu lugar y yo fui demasiado duro con mis palabras, lo siento Nazareth.

—Está bien, yo... sé que no podría ocupar algún lugar en el corazón de alguien así que no te preocupes, conozco ahora mi lugar.—Sus ojos empezaron poco a poco a cristalizarse pero aguantó todo para no llorar en frente de él.

—No, no digas eso. Sabes que no es así y en cualquier lugar tu para mi...

—Jefe, el señor Dibenetto quiere hablar con usted.—Taiju abrió lo ojos y rápidamente se levantó de la mesa para recibir la llamada.

Nazareth se quedo sentada en una mesa llena de deliciosa comida, pero miró que estaba junto con los empleados que servían todo y ahí estaba Saraí.—Saraí ¿Quien es el señor Dibenetto?

Saraí se acercó junto con un carrito y empezó a levantar los platos.—Es el padre de la señorita Candy Dibenetto.

—¿Candy Dibenetto?

—Si, es... bueno, es la señorita que el señor ha estado enamorado desde su niñez.—Nazareth desvío la mirada y quiso ir tras de Taiju pero se detuvo al ver que el regresaba.

Pero estaba vez solo regreso y agarro sus cosas y salió, vio como solo se había ido sin despedirse y supo en ese momento que tenía que prepararse para su futuro divorcio.

Hurt Me And You'll Understand // Taiju Shiba x OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora