CAPITULO DIECISIETE

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Nazareth había salido del baño, había puesto un poco de música que Mads le había llevado se sentía de buen humor después de haber salido por primera vez a un museo cualquiera que la vería dirá que se ve muy graciosa parándose por un momento a recordar todo lo que vio en el día y sonreía al recordar los colores y el aroma a pintura, Hasta que la presencia de Saraí entró con una sonrisa y miró a Nazareth que estaba contenta.

—Parece que te fue muy bien hoy.

—Fue hermoso Saraí, el museo, la comida y la música en vivo. Estuvo hermoso todo.—La felicidad en la voz de Nazareth era evidente y en el modo de su expresión.

—Me alegro tanto, pero el señor llama al teléfono y pregunta por ti.

—Oh, entiendo.—Nazareth agarro el teléfono que Saraí le había entregado.—Hola...

—¿Como estas?—Se oía serio del otro lado.

—Estoy bien.—No sabía que decir solo miraba a Saraí y ella le daba señales de que le pregunté algo.—¿Y tu cómo estás? ¿Ya has cenado?

—Si y todo está bien. Quería decirte que la Señora Haner quiere que te reúnas con ella en la tarde.

—Entiendo...

—Charles te llevará, no digas nada imprudente.

—Si, entiendo.

Al momento Taiju colgó sin decirle nada más, entregó el teléfono a Saraí y ella miraba a Nazareth que sus ánimos volvieron hacer los mismos.

–Nazareth por qué no buscamos un vestido para mañana, tienes que verte linda para ver a la Señora Haner.

—Cierto, ella dijo que soy bonita, me avergonzó un poco.

—Y no se equivoca en nada, eres muy linda por dentro y por fuera.—Le sonrió para darle un abrazo.—Vamos a escoger un vestido lindo.




A la mañana siguiente Nazareth y Saraí llegaban a la casa de la señora Haner, sus perros había salido corriendo ladrando y Nazareth se espanto un poco pero cuando se acercaron se fueron de pancita para que ella los acariciara, ella se agacho y le empezó a rascar haciendo que movieran sus patitas.

—Oh dios, ya llegaste querida. Perdón son muy juguetones.

—No, estoy bien son demasiado lindos.

—Aw linda, vamos pasa prepare un festín y dile a Saraí que venga igual que no se quede ahí junto a Charles.

La señora Haner empezó a caminar para entrar la gran casa, era hermosa con tonos azul cielo y lleno de balcones con flores hermosa. El jardín era grande y había una fuente que adornaba el lugar, se había percatado que había una mesa puesta con comida y varios cubiertos.

—Cariño no sabía que te gustaba así que tuve que cocinar de todo un poco.—Se había acercado una chica a lado de ella agarrado el mandil que se quitaba.—Quería cocinar esta vez junto con las chicas para recibirte.

—Agradezco todo esto Señora Haner.

—Niña, dime Betty. Ahora seremos amigas corazón, vamos siéntense todos a comer.

Todos en el lugar empezaron a comer lo que había preparado la señora Hanner, Nazareth comía con confianza después de que la señora Haner le dijo que no le importaba como manejara los cubiertos pero aún así ella lo intentaba para comer.

Habían terminar de almorzar y Betty platicaba con todos mientras tomaban un poco de limonada, tenía un ambiente tan divertido que Nazareth podía reír libremente junto con todos, nunca pensó en conocer a alguien tan agradable que la hiciera reír, claro que Mads la hacía reír pero la ponía nerviosa y más por la sensación que sintió cuando el se fue.

—Nunca pensé que Taiju se casaría con otra mujer después de Candy Dibenetto, claro, ellos eran jóvenes pero se amaban. Candy se enredo con mi otro nieto mientras estaba comprometida con tu esposo.—Hablo ya pasada de copas la señora Haner.

—Candy... es muy linda, no quiero juzgarla.

—Querida, no la estoy juzgando, estoy diciendo la verdad. Mads es un buen hombre, de familia rica y con mucho poder en Italia, el hombre tiene la finca de café más grande de Italia. Pero su esposa, dios, era una mujer malvada que usaba a Mads cómo se le antojaba. Se casó con ella por qué su padre de Miranda se fue en la quiebra, Mads tuvo que ser cara de prestamista para cubrir las deudas de ese señor, hasta que ella se embarazo y dio a luz a Candy. Igual a su madre, no deja ser feliz a nadie a menos que sea con ella.—Bebió mas del vino.—Cariño te daré un consejo, está bien tener confianza pero es mucho mejor a no tenerla. Cuida bien a tu hombre antes que ella lo manipule y te arruine la vida a ti como a las otras chicas que han pasado por lo mismo.

La sangre de Nazareth se heló y solo sonrió nerviosamente, Taiju parecía que no se había dado cuenta pero Candy huía cuando Taiju se divorciaba para estar con ella, pero sus matrimonios solían ser fracasos totales después de un par de meses o semanas, Nazareth había durado más en esa casa que parecía una competencia de quien dura más con Taiju Shiba.

Nazareth se había despedido de la señora Haner después de que la noche había caído, necesitaba descansar y pensar bien todo lo que había escuchado, Saraí había dicho que Candy siempre huía pero parecía que esta vez se quedaría por el viendo que Nazareth seguía ahí. Se daba cuenta que Candy manipulaba los sentimientos de Taiju aunque el no pareciera ese tipo de hombre pero el estaba enamorado de ella pero Nazareth ya no sabía lo que realmente sentía por el, había pensado que ya no le atraía nada de él. Al contrario, después de todo lo que le hizo no quedaba ni una pizca de amor en el.

Llegando a la mansión Nazareth bajo y camino directamente a su habitación, quería agarrar el teléfono y hablarle a Mads pero el teléfono que estaba en su habitación ya no se encontraba, miró a su alrededor y los cables se habían quitado, salió rápidamente de la habitación para bajar las escaleras y encontrarse con Eliot, el líder de los guardias.

—¿Donde está el teléfono de mi habitación?—Nazareth había tomado un gran valor para hablé firmemente.

Eliot dejo de hablar con los demás guardias y miró a Nazareth.

—El señor Shiba ordenó quitar el teléfono de su habitación, podrá usar el de la sala principal pero solo marca directamente al teléfono del señor Shiba.

Nazareth quedó perpleja, y camino hacia el teléfono para agarrarlo y darse cuenta que marcaba automáticamente, la voz de Taiju se escuchó de repente.

—Por que me quitas el teléfono.

—¿Necesitaba tu permiso?

Nazareth se quedo callada y no aguantaba más, quería colgar pero quería darle una pizca de su propia medicina a su esposo.

—¿Donde estas?

—Creí ordenar a Saraí decirte que viaje por negocios a...

—¿A Italia? ¿A la finca de Mads?

Del otro lado del teléfono Taiju una molesta vena resaltaba en su cabeza después de que ella lo tuteara.

—Cuida lo que dices Nazareth, regresaré en unos días, adiós.

Nazareth lanzó el teléfono y se sentó en el suelo, revolvió su cabello mientras ahogaba un grito de la furia que sentía en ese momento, hasta que se levantó y recordó que había un teléfono en la cocina, rápidamente camino hacia ella y tampoco estás, ahora solo existía ese teléfono donde solo podía comunicarse con el.

Mads caminaba por su oficina mientras hojeaba las hojas de los contratos de los agricultores de su finca, pero mientras caminaba durante el día esperaba una sola llamada de Nazareth, se sentía como un adolescente esperando la llamada y se sorprendía por qué no se sentía así desde hace mucho tiempo, hasta que el teléfono sonó y rápidamente Mads contestó.

—Hola.

—Mads, soy Nazareth, oye... puedes venir a buscarme a una estación.


Nazareth se escapo.🛐

Hurt Me And You'll Understand // Taiju Shiba x OcDonde viven las historias. Descúbrelo ahora