2. Lluvia de balas

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Finalmente, allí estaban.

En medio de un suburbio rural, a las afueras de Berlit, el "matrimonio" Gallow se encontró con un sanatorio mental adscrito al estado de Ostania. Había sido terriblemente engorroso encontrar la posible ubicación donde pudiera estar retenida Molly. Aunque no se encontró nada dentro de los soportes del orfanato donde fue encontrada, un informe remitido directamente desde la comisión encubierta a la que trabajaba Alastor, le dio las señales que necesitaba para encausar su rumbo hacia un punto preciso.

No se podía despreciar toda la red de información manejada por la WISE, donde el apoyo de Rosie había sido implacable y determinante en encontrar la ubicación de su hija.

Utilizando la mira periscópica de sus visores nocturnos posiciono al menos un veintena de guardias en diferentes puntos del edificio, si se tratara de un hospital psiquiátrico cualquiera, no ameritaría tal protección. En el mejor de los casos, una inmersión silenciosa sería en tal caso, la mejor de las opciones, pero al desconocer las instalaciones y el lugar específico donde podrían tener a Molly, eso podría llevar demasiado tiempo. En tales circunstancias, desperdiciar tiempo podría implicar la pérdida total del objetivo, o en el peor de los casos, un escenario mucho peor que Alastor no quería imaginar.

De golpe, Charlie apareció a su lado tan silenciosamente que no pudo sentirla hasta que estuvo a su lado. Haciendo uso de sus vestimentas de trabajo, la asesina le entrego el mapa exterior del edificio, con claras demarcaciones en color rojo.

—El bastión derecho del edificio se encuentra más protegido, aunque el ingreso seria más sencillo por la sección izquierda, en caso de que se percaten de nuestra presencia, seremos asediados por un gran número de atacantes en un espacio muy reducido —explico Charlie llegando al lado de Alastor luego de dar una ronda de observación por el lugar—. Visualice un canal de ventilación cerca de la puerta oeste, aunque no se hacia dónde lleva con exactitud, la ventaja es que es lo suficientemente grande como para que entren dos personas con facilidad.

El espía la observo mientras ella preparaba sus armas y pequeños cuchillos escondidos por todo su cuerpo. Al mismo tiempo, esta ajustaba en su pantorrilla un cinturón en el que guardaba una radio inalámbrica que le había entregado.

Si era sincero, aun no estaba muy seguro de como se suscitarían las cosas una vez comenzaran el asedio hacia el edificio medico. Estando acostumbrado a maniobrar solo, dejar la responsabilidad de cubrir su espalda en otra persona era algo que el demonio de la radio jamás considero realizar, menos considerando a quien se la estaba encomendando.

—Bien, si estás lista, comencemos.

Sin embargo, Charlie levanto su mano para llamar su atención.

—Sé que el plan inicial es que los dos entremos por el ducto de ventilación, pero consideró más rápido y eficiente cambiar de estrategia —acotó, generando que un deje de molestia lo invadiera.

—Charlotte —la llamó usando su nombre completo—, no sé si esto forma parte de tu ansia de molestar, pero por el bien común de nuestra operación, es trascendental seguir este camino —explico, dejando entrever que no pensaba dar su brazo a torcer por esa bella criatura que pensaba que podría doblegarlo con la firmeza de su expresión y la exuberancia de su presencia —¿O de verdad espera que confié ciegamente en ti?

Charlie se quedó en silencio. Estaba claro que las tensiones aun no estaban saldadas, incluso el trato entre ambos se redujo a simples explicaciones y asentimientos mientras estuvieron investigando en el orfanato donde estuvo Molly. El sentimiento de traición y molestia que cargaba el espía no sería fácil de disipar, la asesina lo sabía, entendiendo los motivos de su malestar. Pero no había tiempo que perder.

Secretos de Familia (Charlastor AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora