Charlie no se consideraba a si misma una buena bailarina. Desde muy joven había tomado muchas clases de danza y canto que duraron muy poco tiempo debido a la repentina muerte de sus padres. Por ello, aunque adoraba ver a las personas compartir hermosas piezas de baile en las reuniones celebradas por sus compañeras de trabajo, si era completamente sincera, nunca había podido bailar cómodamente con nadie, de modo que lo atribuía a que no podía bailar bien.
Y sin temas de conversación interesantes o la valentía de pararse a bailar, los caballeros comenzaron a dejarla de lado en las reuniones, convirtiéndola en una eterna solterona que comenzó a levantar sospechas debido a la edad que tenía y aun no lograba conseguir esposo.
Ahora que estaba casada, el miedo de verse arrinconada por el servicio secreto había desaparecido, pero había permanecido la incomodidad y el creciente deseo por ser la compañera de baile de alguien, ser guiada maravillosamente por los amplios salones de reunión, mientras esa persona le tomaba suavemente de la cadera mientras se movían en una encantadora danza.
Sin poder evitarlo, impulsada por sus añoranzas y sueños, comenzó a bailar sola al compás de la melodía que era emitida por la radio, moviéndose por la sala mientras entonaba las notas de la canción, no como una corista, sino como una acompañante del cantante masculino que se escuchaba en la canción. Se encontraba tan inmersa en su papel, que no noto el sonido de la puerta y de los pasos hasta que la figura masculina de Alastor hizo acto de presencia en el lugar.
—Oh querida, quien lo hubiera imaginado, eres una maravillosa bailarina —exclamo un recién llegado Alastor sorprendiendo tremendamente a una avergonzada Charlie, quien se detuvo en el acto al ver como el locutor ingresaba por la sala.
—¡Alastor! L-Llegaste temprano ¿Sucedió algo? —pregunto esta, tratando que el enorme sonrojo que tenía no fuera notado, aunque era un acto en vano.
—Hoy regresaba a esta hora cariño, dije que regresaría temprano para hacer la cena de esta noche —expreso—, quizás confundiste mi horario con tu hora secreta de baile —comentó, sintiéndose bastante interesado en cómo se estaba mostrando la dulce Charlie.
Aunque llevaban apenas unos meses conviviendo, todavía tenían muchas cosas que conocer de ambos, así que descubrir que era una aficionada del baile le traía mucha alegría, ya que él era un bailarín por lo mínimo decente. Así que impulsado por ese deseo de molestarla y conocer sobre esa nueva faceta que estaba descubriendo, empujo un poco más para encontrar la verdad.
—Lo que no entiendo es porque te esfuerzas en ocultarlo, es claro que adoras el baile —claro que lo adoraba. Se le notaba en toda la fibra de su ser y Alastor lo veía claramente, pero no estaba demás escuchar propiamente de su boca el motivo detrás de ello.
—Bueno —dudo un poco— disculpa, es que me da mucha vergüenza —admitió sintiendo como su rostro se enrojecía inevitablemente.
—No hay motivos para ocultar tus deseos de bailar, es algo completamente natural y necesario para ejercitarse —comento jocoso mientras le daba una divertida vuelta a Charlie—, lo que no entiendo es porque buscar estar sola para realizarlo.
—Eso es —ella se encogió en su sitio, bajando la mirada—... es que no se bailar —admitió profundamente avergonzada. Sin embargo, Alastor no estaba de acuerdo con esa afirmación.
—¡Tonterías! —exclamo, sorprendiendo a Charlie de golpe—. Acabo de verte cariño, y sé que claramente existe la chispa en ti. Quizás necesites un buen guía, pero de eso puedo encargarme.
Tomando el atrevimiento de sujetar su mano, el locutor la acerco hasta él invitándola a seguir sus pasos. Ella en un momento se vio sorprendida e incluso, un poco cohibida por la acción, pero a través de su sonrisa, Alastor logro convencerla de perder el miedo y seguir con atención sus movimientos. Al ritmo de la música, ambos ejercieron una cándida coreografía donde la oficinista poco a poco comenzó a dejar el miedo, dándole más libertad a sus pasos y tomando con más firmeza la mano de Alastor.
Haciéndola girar con regocijo, era claro como el baile era algo natural para ella y como el espía estaba extasiado por cómo se desarrollaban las cosas. Con cada movimiento y cada giro de caderas, la cercanía cara a cara y los pasos coordinados hicieron que un juego alegre los impulsara y acercara, haciéndoles sentirse eufóricos y riendo mientras bailaban con cada vez más energía.
Para ese momento Charlie sonreía ampliamente y el júbilo tomaba el pecho de Alastor sin poder evitarlo ¡Ella era tan fantástica! Hermosa, una verdadera dama encantadora que más de una ocasión se veía afectada por su falta de estima personal, teniendo tanto potencial y carisma, que Alastor no podía dejar pasar.
Cuando la canción finalmente termino, sus cuerpos se hallaban en una proximidad cómoda y la euforia seguía dentro de ellos, sonriendo de forma amplia y sincera, Charlie no cabía de su emoción al haber bailado tan bien por primera vez en su vida.
—¡Es algo increíble! Ni yo misma puedo creer lo que acabo de hacer, ha sido el mejor baile de mi vida —exclamo llena de entuciasmo, Alastor rió, divertido.
—Bueno querida, esta es solo la clase de iniciación, creo que el mejor baile de tu vida aún está lejos de llegar y puedo prometerte encontrarlo si me permites quedarme como tu guía —menciono con seguridad.
Ninguno de los dos se dio cuenta de la afirmación tan poderosa y tan llena de significado de parte de Alastor, pero presa una felicidad inimaginable, Charlie solo asintió, extendiendo su mano para seguir un poco más. Este solo sonrió, riendo entre dientes, pero tomando su mano sin dudarlo.
—¡AH! ¡Mama y papa están coqueteando! —grito una eufórica Molly que regresaba de la escuela con mucha alegría. Quitándose los zapatos nada más cruzo la sala, corrió hasta sus padres con mucha energía—. ¡Yo también quiero bailar con ustedes! —pidió.
Ambos adultos se vieron sorprendidos, pero luego esbozaron cada uno una sonrisa cariñosa, mediante una mirada cómplice.
—¡Claro que sí, dulzura! Esta vez bailaremos con mucha más alegría porque estas con nosotros —comentó una encantada Charlie tomando de las manos a su pequeña hija.
Y subiendo nuevamente la música de la radio, la animada familia comenzó a bailar con Molly entre ellos, riendo alegremente mientras los pasos salían un poco más despistados y torpes que hacia un momento, pero con el entretenido pensamiento de que se estaban divirtiendo los tres sin importar que tan coordinados fueran sus pasos.
¡Nos adentramos a la perspectiva de Charlie! Retomando el hilo del pasado, abordare unos cuantos capitulos desde una visión adentrada en los pensamientos y vivencias de nuestra querida Charlie, no se cuantos haga de este estilo, pero espero puedan disfrutarlo el resto de esta semana del fictober que nos queda. Tambien les recuerdo que mañana sera la publicación oficial del primer capitulo de mi fic Lady HAZBIN y mi cumpleaños, así que espero puedan leerlo sin falta. Les dejo un gran saludo desde Venezuela y nos seguimos leyendo.
ESTÁS LEYENDO
Secretos de Familia (Charlastor AU)
FanfictionMolly era una niña normal que asistía a una escuela poco común, tenía una amiga cercana y unos padres amorosos a quienes quería con todo su corazón, pero aunque se vieran normales por fuera, su familia no era para nada normal. Todo el mundo guardaba...