24.Tu amor es lo único que conozco

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El incómodo silencio volvió a aparecer entre ellos.

En algún punto de la noche, Charlie abrió levemente los ojos llamando la atención de Alastor quien estaba sentado en la silla continua a su cama velando su sueño. Hacía apenas un par de horas que Alastor fue en busca de Charlie, quien se encontraba profundamente herida luego de enfrentarse ella sola contra toda su organización de asesinos, aniquilándola por completo.

Parecía algo completamente ilusorio que ella hubiera podido contra tantos asesinos profesionales por sí sola, pero a estas alturas del partido, la gravedad de sus heridas junto con la sinceridad de sus palabras, hicieron que Alastor desistiera en dudar de ella.

Sin embargo, aún existía cierta distancia que no podía romperse tan fácilmente luego de semanas de rencillas y evasiones.

Conteniendo un suspiro, Alastor observo como Charlie bajaba la mirada, aun conteniendo los analgésicos en su cuerpo. Su rostro enrojecido y su aliento agitado, se confundía con la fiebre, por lo que el espía no dudo en tocar su frente para comprobarlo.

Tocando su frente con la palma de su mano, comprobó la temperatura elevada de su cuerpo mientras el calor en el rostro de Charlie subía.

—Estas ardiendo, quizás algunas de las armas con las que te atacaron tenían veneno —razono Alastor con cierta preocupación. Pero antes de que pudiera levantarse de su asiento, la mano de Charlie lo sostuvo del brazo, deteniéndolo.

—Un antipirético será suficiente —expreso, instando que el locutor le viera con interés—... mi cuerpo tiene una alta resistencia al veneno, una vez tome algo para contrarrestar la fiebre, todo pasara —explico.

Nuevamente silencio.

Alastor se encontraba cansado del silencio y de cómo Charlie evadía su mirada, por tanto, tiempo su mirada estuvo dirigida únicamente hacia él, entornando sus hermosos ojos negros mientras el sonrojo de sus mejillas delataba la vergüenza y la timidez propia de ella. Verla de ese modo era tan molesto, que el locutor no estaba dispuesto a soportarlo más. Era momento de aclararlo todo.

—¿Cuánto tiempo? —pregunto. Al principio Charlie no supo a que se refería, cuando un esbozo de su expresión seria le denoto la dirección de su pregunta. Con una sonrisa apenada, e incluso triste, contesto.

—Desde los 13 años.

Aunque intento controlarse, no pudo evitar sorprenderse al escuchar que estaba en dicho rubro desde tan joven, pese a que el mismo se encontraba trabajando como soldado, luego asesino y finalmente espía desde hacía más de 15 años, de modo que, tenían casi el mismo tiempo trabajando de ese modo.

—Mis padres fueron asesinados por grupos extremistas de Westalis, el tendero*, quien era el jefe de la organización, tenía conexiones con mis padres, específicamente con mi padre. Fue a través de él que comencé esta vida, primero con el fin de vengar su muerte y luego para proteger a este país, en memoria de su sueño.

Era notorio que Lucifer Morningstar estuvo involucrado en un par de controversias durante su ejercicio político, aspectos que fueron negados a la opinión publica pero que tras cuerdas fueron claramente reales. Alastor había investigado el pasado de los padres de Charlie, pero viendo que ninguna de esa información le daba completamente acceso a la misión, lo descarto de inmediato. Quien diría que eso fue la causa por la cual su hija ingreso al bajo mundo como asesina.

—Hice lo mejor que pude para proteger la paz que ellos añoraban, luego trate de esforzarme en conservar la paz del país donde vivía con ustedes —expreso, viendo a Alastor directamente a los ojos—. No soy una mujer muy lista, si lo hubiera pensado mejor, hubiera vivido mi vida de otro modo, pensando muy bien, ni siquiera estoy segura que mis padres hubieran querido esto para mi... Solo he cometido grandes errores.

Pero tomando una de sus manos, Alastor detuvo el apresurado y oscuro giro de sus palabras, las lágrimas ya se asomaban en sus ojos, y él, con gesto cálido, las limpio para obligarla a verlo.

—Hiciste lo que consideraste correcto —asevero, sorprendiéndola por la fuerza de su afirmación—. Eras una niña que lo perdió todo y encontró la única vía de tener algo en la vida.

Alastor sabía de primera mano lo que era verse cegado por la venganza, verse desamparado producto de un cruel mundo que le separo del ser que más amo durante su infancia. Por eso entendía los motivos de Charlie, sería demasiado hipócrita si no pudiera hacerlo.

—Aunque hubiera sido un camino escabroso y oscuro, tomaste lo mejor de ti para seguir siendo aquella mujer encantadora y gentil que seguramente tus padres hubieran deseado al verte crecer.

La asesina no pudo evitar sollozar, correspondiendo el toque de su mejilla, sin poder evitarlo, rozo sus labios contra la calidez de su mano, envuelta en un sentimiento de congoja.

—¿De verdad crees eso? —pregunto, cerrando los ojos. Alastor se acercó hasta su rostro, depositando suaves besos en sus mejillas y en sus ojos, tomando las lágrimas con sus labios.

—Si —afirmo—. Eres una mujer hermosa y llena sensibilidad, hiciste lo que creí que era completamente imposible y fue dejarme encandilado por la belleza de tu alma.

Hizo una pausa, ambos se miraron por un instante con intima cercanía, acercándose lentamente hacia el rostro del contrario, rozaron sus labios. El toque fue tierno, sincero y anhelante, con toda una tristeza y soledad guardada en sus pechos, se besaron por todo el tiempo que se estuvieron evitando. Cuando finalmente se separaron, Charlie se recostó sobre el pecho de Alastor mientras este la sostenía entre sus brazos.

—Eres todo lo que tengo Charlotte Morningstar, y quiero quedarme a tu lado por el resto de tiempo que duren nuestras vidas —pidió.

—Si —lloro, pero sonriendo mientras Alastor la besaba—, por favor, quédate conmigo toda la vida.

Ya estaba bien de todo, no querían seguir separados. Ellos dos eran un matrimonio y estaban completamente determinados a seguir siéndolo hasta que la muerte los separase. 

Secretos de Familia (Charlastor AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora